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Periodista cultural
La cultura también es bienestar. Esto queda claro si os bajáis los ebooks Un viaje sensorial (I y II), a cargo de Kris Ubach, editados por el Patronato de Turismo Costa Brava Girona. Os lo mostramos.
Kris Ubach es viajera, fotógrafa, amante de los deportes de aventura y, desde hace casi veinte años, fotoperiodista profesional especializada en viajes y turismo. Ella es la autora de los dos libros electrónicos titulados Un viaje sensorial (Rutas culturales y del bienestar por la Costa Brava) y Un viaje sensorial II (Rutas culturales y del bienestar por el Pirineo de Girona). Son dos magníficos volúmenes, visualmente muy atractivos, que proponen itinerarios y actividades relacionadas con el bienestar, pero también con la Cultura -sí, con mayúsculas- y el patrimonio. Además de animaros a que os los descarguéis, en este os destacaré 4 de las numerosas actividades que Kris nos propone relacionadas con la Cultura. Estoy seguro de que os gustarán.
Una imagen de una de las salas del Ecomuseu Farinera de Castelló d'Empúries. Foto: Archivo Imágenes del PTCBG.
El primer volumen de Un viaje sensorial, que se centra en la Costa Brava, propone cuatro itinerarios: La ruta de las hierbas mediterráneas, La ruta del agua, La ruta de la conciencia y La ruta de los sabores de antaño. La autora explica que el viaje que propone es un viaje para oler, tocar, escuchar, saborear y también observar con otros ojos la Costa Brava.
Incluido en el itinerario La ruta de los sabores de antaño (De Girona a Castelló d’Empúries), está la visita al Ecomuseu Farinera de Castelló d’Empúries, situado en una antigua fábrica de harina del siglo XIX. De hecho, el grano ya se molía en época medieval en este lugar, donde se encuentra la acequia del Molí, un canal de riego que nace en la esclusa de Vilanova de la Muga, cuyo agua movía las aspas del molino. El Ecomuseu, que abrió sus puertas al público en 1998, conserva in situ toda la maquinaria propia del proceso industrial de transformación del trigo en harina.
El museo ampurdanés tiene por misión mostrar cómo la capacidad de innovación tecnológica del ser humano actúa como motor para el cambio social y qué impacto tiene en el entorno. Para llevar a cabo su misión también cuenta con un fondo documental y otro fotográfico que son consultables. El Ecomuseu tiene un programa de talleres familiares que se realizan un sábado de cada mes, excepto en verano, porque le interesa mucho llegar a este público y ofrece cada domingo la posibilidad de realizar una visita guiada, de una hora de duración, que permite descubrir el espacio de la fábrica (tres pisos) y conocer las variedades de trigo, los sistemas empleados por el hombre para molerlo, las fases del proceso industrial y la fuente de energía que hace funcionar toda la maquinaria. Documentales, mesas redondas, talleres de elaboración de pan… ¡Hay un montón de actividades para realizar en el Ecomuseu!
Una vista del Jardín Botánico Marimurtra de Blanes. Foto: Archivo Imágenes PTCBG
El primer itinerario del primer volumen comienza con una visita absolutamente recomendable, la del Jardín Botánico Marimurtra, el sueño hecho realidad del humanista alemán Carl Faust que, gracias a su aportación, a su implicación en la sociedad blandense y su generosidad, cuenta con una estatua de homenaje en el paseo marítimo de la villa.
Carl Faust invirtió mucho dinero en la construcción, en lo alto de un acantilado que se abre al mar, de un jardín exótico impresionante que en 1995 fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional. Del jardín son visitables cuatro hectáreas, divididas en tres jardines con características diferentes, en las que se pueden observar plantas correspondientes a 4.000 especies provenientes de los cinco continentes. Todo ello acompañado de un atractivo paisajístico que hace que Marimurtra sea uno de los jardines botánicos más interesantes de Europa. La lista de actividades que organiza la Fundación Carl Faust, que es la propietaria de los jardines y la que vela por el legado del fundador, es interminable. Vermuts, yoga, conferencias, talleres, visitas guiadas, catas… Kris Ubach explica en el libro cómo es hacer una sesión que combina el yoga y la meditación por la mañana en un entorno privilegiado, seguida de un paseo por todo el jardín. ¡Es un plan magnífico!
Una vitrina de la faràndula dels Museu dels Sants d'Olot. Foto: Blai Farran. Arxiu Imatges PTCBG.
La tercera ruta del segundo volumen escrito por Kris Ubach, La ruta de las flores pirenaicas (Del Valle de Núria a la Alta Garrotxa), la viajera propone la visita al Museu de la Garrotxa de Olot, que haré extensiva en esta propuesta al resto de los museos de la ciudad: Museu dels Sants, laCasa Museu Can Trincheria y la última novedad, el Espai Cràter, un equipamiento que conceptualmente va más allá de la idea de museo, en cuanto a la tarea de interpretación, en este caso en el ámbito de la vulcanología.
En el Museu dels Sants conoceréis la técnica artesana y el proceso de fabricación de santos, de estatuas que todavía fabrica El Arte Cristiano, que tiene su sede en el mismo museo y que exporta a todo el mundo. Ahora bien, las figuras de la farándula (gigantes, cabezudos, etc) también tienen un lugar destacado y los más pequeños pueden realizar talleres que se relacionan con ellos, como el de construcción de vidrieras, el llamado Toca, toca o el de vestir a los gigantes para salir a la plaza.
Por otro lado, en el Museu de la Garrotxa encontraréis los pintores de la Escuela de Olot, la escultura de Josep Clarà, una peculiar colección de carteles modernistas o el cuadro La Càrrega, de Ramon Casas, entre otros. Se encuentra situado en el centro de Olot, articulado en torno a un gran patio central, en el histórico edificio del Hospici. El Museu de la Garrotxa dispone de 3 salas de exposiciones temporales y acoge una de las mejores y más representativas colecciones de pintura y escultura catalanas, con obras de artistas como Joan Carles Panyó, Josep Berga i Boada, Francesc Vayreda, Ramon Amadeu, Miquel Blay, el ya citado Josep Clarà o Leonci Quera, entre otros muchos, así como una magnífica colección de carteles modernistas.
Diorama de los pastores, que forma parte de la exposición permanente del Museu Etnogràfic de Ripoll. Foto: Museu Etnogràfic.
El Museu Etnogràfic de Ripoll es posiblemente uno de los puntos más interesantes del ámbito cultural de La ruta de nuestros abuelos (De San Juan de las Abadesas a Llívia), también del segundo volumen escrito por Ubach. A finales del siglo XIX se hizo patente, entre la burguesía ilustrada del Ripollès, la conciencia de que un gran patrimonio tradicional estaba a las puertas del olvido: oficios, artesanía, costumbres, leyendas, canciones y bailes, creencias y supersticiones transmitidos anónimamente de generación en generación estaban a punto de desaparecer y ésta es la génesis del Museu Etnogràfic de Ripoll. Este equipamiento de memoria nos permite conocer el legado de quienes nos han precedido, su forma de vivir, pensar, actuar y luchar y nos permite afrontar el futuro con un bagaje impagable. En 2011 el museo, con origen en 1929, inició su etapa moderna, en la preservación de un amplio patrimonio material e inmaterial, del que destacan las colecciones relacionadas con los pastores, el campesinado, los oficios, la religiosidad popular, la fragua catalana y el hierro forjado y las armas de fuego portátiles ripollesas. Os recomiendo la visita guiada al museo, pero también las que se programan en el refugio antiaéreo y en el Scriptorium de Ripoll, que ofrece un taller para hacer de monje copista. También es imprescindible, por supuesto, la visita al monasterio de Santa María y su famosa portalada.
Imagen destacada: Una vista del Jardín Botánico Marimurtra de Blanes. Foto: Archivo Imágenes PTCBG
