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También hay que tener en cuenta que el agua no solo es importante para hidratarnos, sino que también puede tener muchos beneficios terapéuticos.
Como bien sabemos, el agua es uno de los componentes más importantes para que nuestro cuerpo funcione correctamente y ahora, que se acerca el verano y aumentan las temperaturas, tenemos que estar muy hidratados, puesto que un 70% de nuestro cuerpo está compuesto básicamente por este preciado líquido. Si queremos que nuestro organismo tenga una buena salud y bienestar, le tendremos que proporcionar una correcta hidratación.
También hay que tener en cuenta que el agua no solo es importante para hidratarnos, sino que también puede tener muchos beneficios terapéuticos. En este caso, estaríamos hablando de las aguas termales: estas se caracterizan por una elevada concentración de minerales que surgen del interior de la tierra y también nos aportan unos grandes beneficios para nuestro bienestar y organismo, como por ejemplo: para mejorar la digestión, reducir el abultamiento producido por los gases estomacales, aliviar el dolor menstrual o el malestar propio de la menopausia, entre otros beneficios para nuestra piel. ¿Quieres conocer más sobre estas aguas terapéuticas y cómo surgieron? ¡Pues sigue leyendo!
Iniciamos una ruta por la historia y los secretos de las aguas termales de las tierras gerundenses, empezando por una de las localidades más conocidas: Caldes de Malavella, y más concretamente hasta la colina de Sant Grau, donde las aguas termales son conocidas desde la época romana y hay más de dos mil años de historia vinculados al agua y a sus usos terapéuticos.
Una de las cosas interesantes que hay que destacar es que estas termas, más allá de su uso con fines higiénicos y de reunión social, se utilizaban sobre todo para cuestiones de salud. Los romanos ya descubrieron las propiedades curativas de las aguas de esta villa a la cual bautizaron como Aqvae Calidae. En su camino por la Península Ibérica siguiendo la Vía Augusta, paraban a relajarse en Caldes antes de llegar a Gerunda (Girona). Hoy en día, allí donde se situaba el primer hospital de la ciudad, en el corazón del Barri Vell, se encuentra el AQVA Baños Romanos, un espacio dedicado a la tradición ancestral de ritual y liturgia Mens Sana in Corpore Sano. ¿Te lo perderás?
Girona. Javi Cabrera.
Otro de los lugares más populares es el Balneario Vichy Catalan, que se levantó sobre una de las fuentes termales naturales de la villa, la del Puig de les Ànimes. Su ideólogo fue el señor Modest Furest Roca, un doctor especializado en la hidroterapia, la homeopatía y la higiene social. Antes de levantar el balneario que hoy es el referente visual de la marca, Furest construyó una planta embotelladora para que los visitantes pudieran llevarse a casa aquellas aguas con propiedades mineralógicas bicarbonatadas, alcalinas y fluoradas en un bonito envase de vidrio. ¿Lo sabías?
Caldes de Malavella. Karel Noppe.
Siguiendo con la ruta, nuestra siguiente parada es Girona, donde también se conservan muchos vestigios de aquellas épocas en las cuales el agua no salía fácilmente de los grifos.
De entrada, Girona está situada en la confluencia de cuatro ríos: el Ter, el Onyar, el Güell y el Galligants, y los romanos ya construyeron todo un sistema de cisternas y canalizaciones para proveer de agua esta ciudad.
Girona. Alex Tremps.
Uno de los lugares más característicos y emblemáticos de Girona son los Baños Árabes, unos baños anclados al Barri Vell y que, a pesar de su nombre, fueron construidos y usados por los cristianos y judíos de la ciudad entre los siglos XII y XIV. Estos están compuestos por diferentes aposentos a diferentes temperaturas: el Apodyterium (vestuarios), el Frigidarium (Sala fría), Tepidarium (Sala tibia), el Caldarium (Sala caliente) y lo Furnus (Forn y caldera).
A pesar de no ser una de las más antiguas, es una de las fuentes termales más populares de Caldes de Malavella, con el agua a una temperatura próxima a los 60 °C. A finales del s. XIX sus aguas se canalizaron hasta las casas de baños y también proveían los lavaderos públicos de la localidad. Más tarde se embotellaron bajo la marca «Agua del Balneario Prats» y «Fuente Cataluña» y hoy se comercializa como agua «Malavella.» Hoy en día, es habitual la presencia de gente de toda la comarca haciendo cola para tomar sus aguas, de reconocidas propiedades.
Esta es otra de muchas de las otras fuentes que podéis encontrar a la Villa, pero esta se caracteriza por ser una fuente de agua termal, donde sus aguas se encuentran a unos 60 °C y siempre se usaron para los vecinos de la localidad para consumo doméstico. Pero en 1870, después de ser declarada agua medicinal, se empezó a comercializar con el nombre «San Narciso” y pasó a ser propiedad de la familia Pla y Deniel.
Y por último, y no menos importante, la Fuente dels Bullidors, una fuente de agua termal que permitía el abastecimiento de los baños romanos. El agua sale a una temperatura de 56 °C y por su situación se cree que era la fuente original con la cual se llenaban las antiguas termas romanas. Pero a partir del 1902, el agua de esta fuente se empezó a comercializar con el nombre de “Vichy Caldense” y más tarde pasó a ser “Agua Xala” y ya de una manera definitiva hacia el 1921, después de 10 años, se pasó a decir “Agua Imperial”.
Si quieres visitar estas fuentes, te invitamos a descargarte el nuevo ebook “Un viaje sensorial” de Kristina Ubach y así descubrir estos espectaculares lugares y todos los beneficios que te pueden aportar las aguas termales a tu organismo y bienestar.
