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Periodista, comunicadora, caminante curiosa, enamorada de las personas y de mi pequeño país
Te presentamos algunos de los alojamientos más especiales de las comarcas de Girona.
Unos se encuentran en medio del bosque, algunos entre prados y campos y otros junto al mar, pero todos los equipamientos que aquí recogemos buscan el mismo objetivo: regalar a sus huéspedes una experiencia y un descanso únicos.
Es maravilloso dormir en una cabaña de madera construida en lo alto de un árbol, en un bosque frondoso de pinos y abetos, por ejemplo. Transmite esa paz, esa calma, esa armonía que nos recuerda que también nosotros somos parte de la naturaleza. En Cataluña, los pioneros en ofrecer este tipo de alojamiento con el confort más respetuoso fueron Cabanes als Arbres, en Sant Hilari Sacalm, en las Guilleries.
También se disfruta de un entorno fabuloso en el ECOhotel Rural&Spa Can Buch, una masía sostenible y autosuficiente de Sant Aniol de Finestres, en la Garrotxa, con una oferta gastronómica plant-based y devota del kilómetro cero. Desde el minuto uno, el ritmo vertiginoso que nos tiene doblegados queda rebajado hasta la tan deseada ligereza. Lo mismo se experimenta en Les Cols Pavellons, una sorprendente propuesta donde reinan la tierra, el agua y un juego infinito de reflejos. Entrar en una habitación o en un baño es, en realidad, salir al paisaje que te rodea. Magia pura.
Esta huida de la rutina diaria que proponemos es la misma que buscaban el industrial barcelonés Ramón Volart y su esposa, Paulita Pich, cuando viajaban a Puigcerdà a principios del siglo xx. En 1920, decidieron comprar la villa más cercana al lago y la llamaron Villa Paulita. Actualmente, es un fantástico hotel donde disfrutar de los servicios que ofrece y vivir todos los atractivos de la Cerdanya.
También tiene nombre de mujer y desprende la misma elegancia Casa Anamaria, un hotel ecológico ubicado en Ollers, en el Pla de l’Estany, que ha optado por la geotermia como método de climatización. Las habitaciones son impecables, la propuesta gastronómica excelente y la piscina de agua salada al aire libre un complemento más que atractivo.
Todo lo que ofrece el Hotel Boutique Casa Cacau en el corazón de la ciudad de Girona es otra garantía de exclusividad, empezando por el hecho de que pertenece al Celler de Can Roca. Las quince habitaciones ocupan un edificio histórico de la plaza Catalunya con una vista panorámica al casco antiguo tan deliciosa como el chocolate que elaboran. ¿Y el obrador? ¡Se puede visitar!
Son visita obligada el Hotel-Spa Rural Resguard dels Vents de Ribes de Freser y Mas El Mir, en la comarca del Ripollès. El Resguard es un paraíso a 1000 metros de altitud en el valle de Ribes, propiedad de una familia vinculada a la agricultura y la ganadería desde hace décadas y que ha procurado minimizar su impacto ambiental. El Mir es otra bellísima masía donde cada rincón, cada detalle, cada sala y cada patio es el preludio de la libertad y la paz que allí encontraremos.
Si lo que nos llama es el mar, será necesario poner rumbo al Alt Empordà. En la carretera de Cadaqués se encuentra un alojamiento más que exclusivo: Sa Perafita. Lo es porque solo dispone de 4 habitaciones, porque es un lugar peinado por el viento del norte y porque esta masía acoge la bodega Martín Faixó, una institución en el sector del vino.
Otro pequeño paraíso aguarda en Llafranc. Aquí, encaramado en un acantilado y advirtiendo su presencia a quien llega de ultramar, está el faro de Sant Sebastià. Es junto a este guardián que brilla con luz propia donde se ubica el Hotel El Far, que ofrece las noches más embravecidas del Baix Empordà. Las 9 habitaciones son amplias, marineras, elegantes, con terraza y unas vistas sin fin que llevarse consigo en recuerdos mecidos por el oleaje.
