Viaja en el tiempo en el Museo de Historia de los Judíos de Girona

Este importante equipamiento del entramado museístico de la ciudad -también trascendental para el país-, mantiene viva la memoria de la comunidad judía de Girona, que se estableció en la ciudad en tiempos de los romanos y fue expulsada de la península a finales del siglo XV. Hasta 600 años de estancia dejan una huella profunda, que el museo preserva e interpreta para el visitante. El Museo de Historia de los Judíos, núcleo de la recuperación del legado judío de la ciudad, está situado en el corazón del casco antiguo de Girona, en el Call (judería) gironí, que es el barrio judío de época medieval mejor conservado de la Europa Occidental y uno de los mejor conservados del mundo y que, con los legados judíos de las localidades de Besalú y Castelló d’Empúries, forma un triángulo de una importancia primordial para entender la trascendencia que tuvo la comunidad judía en las comarcas gerundenses en los ámbitos social , económico, cultural y religioso. De hecho, el círculo cabalístico y todo el contexto cultural judaico de Girona llegaron a ser tan importantes que la ciudad fue conocida en todo el mundo como «Ciudad madre de Israel».

Visita imprescindible al Call

La visita al Museo de Historia de los Judíos no puede ir desvinculada de la visita al Call, formado por calles estrechas y empinadas, a las que el paso del tiempo ha otorgado un encanto y un hálito de misterio remarcables. En 898 llegaron a la ciudad una veintena de familias judías provenientes de tierras pertenecientes al condado de Besalú y se establecieron a orillas de la Catedral. Posteriormente se desplazaron unos pocos metros y ocuparon casas nobles, palacetes y otras casas más humildes, que se mezclan en este mismo espacio, que seguía estando al abrigo de la Catedral de Santa María. El momento de auge de la judería gironina, que creció en torno a la calle de la Força, fue durante el siglo XIII y la habitaban unas 800 personas, una comunidad judía que tenía una gran influencia en la vida ciudadana. A partir de entonces se inició el declive hasta su expulsión a finales del siglo XV. La sinagoga, el horno, los baños (micvé) y el matadero eran los edificios o lugares que vertebraban la vida social de las juderías, también la de Girona. Los trabajos de recuperación del Call se empezaron en 1987.

La exposición permanente del Museo de Historia de los Judíos se divide en once ámbitos que permiten al visitante hacerse una idea, en algunos casos muy exacta, de cómo era el Call de Girona y cómo vivían y se organizaban sus habitantes. Los ámbitos en los que está dividido el equipamiento son: Els orígens, El call, L’aljama, La família, La sinagoga, El fossar dels jueus, Cultura jueva, Guanyar-se el pa, Una relació difícil, Societat conversa i inquisició i El llegat material(Los orígenes, La judería, La aljama, La familia, La sinagoga, El foso de los judíos, Cultura judía, Ganarse el pan, Una relación difícil, Sociedad conversa e inquisición y El legado material).

Pedres con nombre

El ámbito llamado El fosar de los judíos es uno de los ámbitos más importantes del museo y uno de los primeros que se inauguró en 2000, en la primera de las tres fases de constitución del equipamiento. El museo os invita a dar un paseo imaginario por lo que podría haber sido el cementerio de la comunidad desde el siglo XIII, en una de las vertientes de la montaña de Montjuïc. Encontraréis expuestas lápidas con bellísimos epitafios escritos en recuerdo de los judíos gironins, inscripciones hebreas que visibilizan un mundo desaparecido. Las piezas de la colección lapidaria Piedras con nombre y sus inscripciones han permitido conocer detalles de las historias de vida de quienes fueron enterrados. La exposición cuenta con bloques lapidarios de grandes dimensiones pero también de piezas como las estelas, más pequeñas y con textos más concisos. Esta muestra es una de las joyas del museo.

Micvé, el baño ritual

El año 2014 se identificó un elemento importante en la segunda planta del museo que, recordemos, era donde estaba situada la última sinagoga: el micvé. Lo que había sido transformado en una cisterna era el antiguo micvé o baño público ritual, en este caso para las mujeres que, a pesar de haber sufrido transformaciones, conservaba la estructura original. El agua era un elemento purificador en la Girona judía medieval, según el ritual prescrito por la ley de Moisés. Este ritual era prescrito para hombres y mujeres, pero sobre todo para estas últimas, ya que el paso por el micvé garantizaba la santidad de la concepción y ésta, a su vez, aseguraba el cumplimiento del precepto bíblico: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y dominadla». El micvé fue desmantelado a principios del siglo XVI, pero la piscina, convertida en cisterna, permaneció allí para abastecer la casa de agua. Podéis realizar una visita virtual a uno de los elementos más relevantes del Museo de Historia de los Judíos y a parte de este equipamiento en este enlace.