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SALIR DE COPAS

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Originalidad y diversidad: mucho más que bares

Atrás han quedado esos bares sin personalidad. Ahora, cuando nos proponemos salir a fer el toc, como llamamos en tierras gerundenses al salir a tomar algo, buscamos lugares especiales. Te presentamos algunos que seguro que te sorprenderán y te animamos a añadirlos a tus propios descubrimientos.

far del cap de creus dani salva

Empezando por el norte, hacemos parada en Cadaqués. Este municipio del Alt Empordà concentra un gran número de bares. Una novedad del último año es el Set, con unas vistas espectaculares y muy buenas tapas, aparte del tradicional La Frontera, para los noctámbulos, amantes de los cócteles y la música en directo. Con programación musical específica de jazz y funk de lo más bailable y cócteles de autor, encontramos el Ultramar, en L’Escala. El interior de la comarca también nos presenta sorpresas: música en directo y tranquilidad en La Bassa de Ventalló, o una copa entre muros góticos en los Jardins de Palau Macelli en Castelló d’Empúries, por ejemplo.

Cambiando de comarca, nos dirigimos al Baix Empordà donde una de las paradas debe ser para tomar una cerveza, ya sea de las diversas que producen en Dos Kiwis de Rupià, como la extensa oferta exclusiva de cervezas artesanas de El Birrot, en Jafre. Si eres más de vinos, puedes ir a Tanin, en Colomers, un bar de vinos complementado con quesos y maridajes. Si lo que buscas es música en plena naturaleza, el Silvana Bosc, en Begur, o el Mas Sorrer, en Gualta, no te dejarán indiferente.

gualta c mas sorrer

La ciudad de Girona también está llena de bares para todos los gustos. Si lo que queremos son vinos naturales, en la Garrina, un espacio cultural y vinoteca, tendremos para dar y tomar. Para cervezas, no podemos perdernos la «tierra de cervezas», como se hace llamar el Babilònia, con sus 17 tiradores de cerveza viva y una carta de platillos internacionales y originales. Un lugar con buenas vistas antes de que oscurezca es la reformada terraza del Hotel Ultònia, y si optamos por un cóctel clásico o singular, toma nota del Cua de Gall, situado en el casco antiguo de la capital del Gironès. 

El Pla de l’Estany cuenta con un lugar junto al estanque perfecto durante todo el año y en cualquier momento del día: el Banys Vells. Este oasis de tranquilidad cerca del agua se ha convertido en un clásico de las comarcas gerundenses, no solo por el entorno, sino también por las actividades y monólogos que se programan. Una novedad en la ciudad es La porta del món, un bar-restaurante con trasfondo social situado en el casco antiguo e ideal para tomar desde un té marroquí hasta unas croquetas de asado; su lema: De totes i per totes (de todas y para todas).

fotografia musicals c jordi renart

Si nos encontramos en la Cerdanya, no podemos perdernos Badiu, en Queixans, con una oferta que nos trae tardes de yoga, noches de rumba y talleres de arte y vino, entre otras muchas sorpresas, como, a menudo, música en directo. En Puigcerdà encontramos un clásico, La Confianza, un pub shisha lounge con infinitas posibilidades. Y si lo que queremos es música en directo en cualquier época del año, el lugar de referencia es el Avalanche, también en la capital ceretana.

Un bar de los buenos, como ellos mismos se denominan, es el Bar Nervis, en Sant Joan de les Abadeses, en el Ripollès. Es uno de esos lugares con buen ambiente, música en directo, mojitos de sandía y ginebras de manzana. Para unas copas con carácter debemos desplazarnos hasta el Cor d’Acer de Ripoll, tanto para encuentros con amigos como fiestas privadas. Y si nos vamos de vermús, Las Vegas, en Camprodon, es la mejor opción; allí te sentirás como en casa.

Por último, volvemos hacia la costa, en la Selva. Cuando se pone el sol es el mejor momento para ir a Cala Banys, un bar-coctelería apartado de la multitud de Lloret de Mar, justo a la orilla del mar. Pero si lo que queremos es tomar una copa y mover un poco el esqueleto, tanto el Trinket, en Tossa de Mar, como el Hivernacle, en Blanes, son muy buenas opciones, además de invitarnos a echar unas partidas de futbolín o unos billares.

Una lista de propuestas que cambia año tras año, mejorándose y superándose en originalidad y diversidad, siempre con las comarcas gerundenses como base e inspiración.

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