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Periodista cultural
El Pla de l'Estany es la comarca más pequeña de la demarcación gironina. La última revisión de la distribución territorial gironina permitió su creación en 1988 y la capital, por supuesto, es Banyoles. En este post os proponemos inscribiros en algunas actividades culturales aptas para toda la familia.
La mayoría de actividades que os propondremos las programa la entidad Museus de Banyoles, que es la alianza del Museo Darder. Espai d’Interpretació de l’Estany y el Museu Arqueològic Comarcal, ambos situados en el centro de la ciudad y dedicados a facilitar el conocimiento del patrimonio natural, arqueológico e histórico de la comarca. Pero también os propondremos un par de visitas muy especiales. La primera, a los yacimientos de las Cuevas Prehistóricas de Serinyà y la segunda en alguno de los observatorios de fauna salvaje de Naturaprop, el de Can Teixó, el de Ca l’Astor o el de Ca la Cardina.
Una imagen de la actividad "Sígueme el rastro", que organiza el Museu Darder. Foto: Museu Darder de Banyoles.
El Museo Darder es uno de los más antiguos de las comarcas gironines y es digno de realizar una visita. Se inauguró en 1916 y sufrió muy pocos cambios, pero en 2003 se inició una remodelación absoluta y volvió a abrir en 2007, incorporando a las colecciones de historia natural una parte dedicada a explicar el fenómeno hidrogeológico de la cuenca lacustre del Estany de Banyoles. El museo banyolí os invita a realizar una visita en familia tiulada Sígueme el rastro, para descubrir, a través de la observación, el tacto y la manipulación; el pelo, el color, la alimentación o las heces y algunos otros aspectos, los mamíferos que habitan nuestra región. El museo también dispone del Espai Darder, donde los visitantes también conocerán a otros mamíferos de tierras lejanas. La visita termina con sorpresa, que os podréis llevar a casa. Esta actividad es adecuada para toda la familia (niños a partir de 6 años).
Una imagen de la arqueta de Banyoles, en el Monestir de Sant Esteve. Foto: Cultura Banyoles.
La historia del ladrón internacional de arte Erik el Belga, que la noche del 11 de enero de 1980 robó la arqueta de Sant Martirià, un relicario gótico del siglo XV y una de las obras primordiales de la orfebrería catalana, es el hilo conductor de la visita guiada que ofrece el Museu Arqueològic de Banyoles: El robo sacrílego del monasterio. Siguiendo la pista de la arqueta, conoceréis el caso, descubriréis cómo el ladrón separó las figuras en relieve que adornaban esta caja hecha de madera de ciprés y con forma de templo y las vendió por separado. En 2009 ya se habían recuperado casi la totalidad de los relieves -faltan 5- y actualmente se exhibe en el monasterio. La visita se centra en el caso de la arqueta, sigue la pista para descubrir quién y cómo cometió el robo y permite conocer este cenobio benedictino fundado en el 812, donde reside el origen de la ciudad de Banyoles.
Un momento de una visita guiada al Parc de la Draga. Foto: Museus de Banyoles.
La visita al Parc Neolític de la Draga de Banyoles es absolutamente imprescindible. Este yacimiento fue descubierto en 1990, cuando se quisieron emprender unas obras de ajardinamiento del parque banyolí de la Draga. Desde entonces se han realizado excavaciones arqueológicas, pero también se ha museizado una parte para mostrar cómo vivían los pobladores del parque en épocas remotas. El yacimiento corresponde al período neolítico antiguo y es uno de los asentamientos de agricultores y ganaderos del noreste de la península Ibérica más antiguos. La visita os permitirá descubrir el día a día de un grupo de campesinos y ganaderos neolíticos y averiguar qué comían, qué cazaban, qué cultivaban o qué útiles y herramientas utilizaban. En la réplica del poblado encontraréis un granero y dos cabañas reproducidas a escala real que permiten hacerse una idea de dónde vivían los habitantes del poblado. En el interior de estas réplicas se encuentran reproducidos herramientas y objetos que formaban parte de su cultura y con los que se realizan demostraciones y talleres pedagógicos de diversos tipos. Existe la opción de realizar la visita guiada.
Una imagen de los yacimientos de las cuevas de Serinyà. Foto: Harold Abellan.
Uno de los puntos de visita inexcusable es el Parque de las Cuevas Prehistóricas de Serinyà, un conjunto de yacimientos del paleolítico medio y superior descubierto a mediados del siglo XX, hace cuatro días como quien dice. Este conjunto se ha convertido en una pieza clave para el estudio del paleolítico medio y superior de la península Ibérica, con ocupaciones relacionadas con grupos preneandertales, hace unos 250.000 años, neandertales (80.000 – 35.000 aC) y finalmente con la llegada del humano moderno (homo sapiens). En 1997 se inauguró el Parque de las Cuevas Prehistóricas de Serinyà, gestionado por el Consell Comarcal del Pla de l’Estany y actualmente el centro de interpretación -la parte museística- está en proceso de remodelación, pero los yacimientos están abiertos a la visita del público y los responsables ofrecen visitas guiadas. Así, podréis conocer las excavaciones modernas en la Arbreda y las que se han realizado en el resto de cuevas del Reclau (Cau del Roure, Mollet-I, Mollet-III, Reclau Viver, Pau y Arbreda II).
Una ardilla retratada desde el observatorio de Can Teixó. Foto: Laia Llobet / NaturaProp
Hay pocas cosas más emocionantes que poder observar de cerca la fauna salvaje en su propio entorno sin ser detectado o visto y, por tanto, sin interferir. Es una experiencia realmente única, íntima y emocionante. Si sois amantes de la naturaleza, esto es lo que os ofrece NaturaProp, una iniciativa que nació en Vilademuls y que gestiona varios observatorios en el bosquecillo de Can Vidal, en Sant Esteve de Guialbes, en el término municipal de Vilademuls (Pla de l’Estany). Podéis pasar unas horas o incluso la noche entera al observatorio de Can Teixó, que tiene capacidad para 5 personas. Las estancias pueden ser de mañana, tarde, nocturnas y con salida a medianoche o se pueden extender desde la noche hasta la mañana siguiente. El de Can teixó es la estrella de la corona, ya que dispone de cristales espía, sensores de movimiento, iluminación nocturna y conexión a webcams. El acecho de Ca l’Astor está ubicado en una dehesa de robles y encinas, entre el bosque y los campos y cuenta con una pequeña balsa donde beben numerosos pájaros y, si se pone presa muerta, acuden rapaces como el ratonero y el azor. El tercer observatorio, el más modesto, es el de Ca la Cardina, que domina sobre los campos cercanos y desde el que se puede observar un verdadero festival de pájaros. La visita a los tres observatorios está sujeta a reserva previa y es posible visitar los tres “hides” en una sola jornada. También existe la posibilidad de complementar la visita a un observatorio o más de uno con la pernoctación en el Mas Vidal de turismo rural.
