Embajadores de los producto de proximidad

La proliferación de puntos de venta con productos de km 0 responde al interés cada vez mayor de los consumidores por comprar alimentos del territorio, más solidarios con la economía local y más sostenibles con el medio ambiente. Se han convertido en embajadoras de las delicias del territorio en las que los turistas tienen la oportunidad de entrar, descubrir, conocer y probar el paisaje que visitan.

En el Alt Empordà existen numerosos espacios que garantizan un viaje gastronómico local. En un extremo del pueblo de Capmany se encuentra El Parral, Tienda y Espacio Enoturístico, con su generoso escaparate de vinos y otros productos locales que se pueden probar in situ en un ambiente distendido. También invita a detenerse, comprar y degustar la agradable tienda Cal Drac, situada bajo los porches de la plaza dels Homes de Castelló d’Empúries. El Olivet de Mas Ferran, en Terrades, es otra parada obligatoria, una de esas tiendas de comestibles con las estanterías repletas de verdura fresca, cervezas artesanas, aceites, mermeladas, quesos… ¿He oído quesos? Algunos de los más selectos y de proximidad están en La Formatgeria Espai Gastronòmic de Llançà que, por encargo, los prepara en atractivas bandejas para llevar.

Seguimos esta deliciosa ruta dejándonos caer por el Gironès y su capital, Girona, porque aquí, en pleno casco antiguo se encuentra otro pequeño paraíso para los amantes de los quesos, Cal Formatger. Tienen quesos de vaca, cabra y oveja, un poco de todas partes, pero sobre todo de las comarcas gerundenses, que preparan en deliciosas bandejas.

Este tipo de establecimientos también vive un buen momento en el Baix Empordà. Recomendamos visitar Vulpilius, por ejemplo, un pequeño establecimiento con encanto de Vulpellac en el que encontramos tesoros agroalimentarios del Empordà que podemos degustar en la terraza, justo al lado del castillo. Otra idea es ir a Abricoc, un espacio-tienda de Fonteta cuyo estandarte son los productos de temporada y km 0, que además prepara deliciosas bandejas y tablas, con mucho gusto y los mejores maridajes. Sin salir de esta comarca nos encontramos con Mr. Natural, en Colomers, donde la selección de buenos productos se suma a la simpatía de su encargado. 

La Cerdanya es el paraíso de montañeros y senderistas, pero visitando la Agrobotiga Cerdanya de Puigcerdà también se puede caminar por todos los paisajes a través de carnes de rebaños locales, verduras y hortalizas de la zona, miel, mermeladas, vinos y licores, cervezas, quesos y mucho más. Oliu Degustació, que también se encuentra en la capital de la Cerdanya, concentra productos artesanos que, si queremos, podemos probar en una de sus mesas.

En la Garrotxa encontramos una buena oferta de productos de calidad y buena muestra de ella se encuentra en una de las tiendas más antiguas de Olot, Can Japot. Es mucho más que una charcutería y carnicería, porque de aquí se sale con el capazo lleno también de quesos y lácteos, legumbres como los fesols de la zona y miel y conservas de los alrededores. En esta comarca hay otro templo a la buena mesa, El Celler de Besalú, con un catálogo que nos seducirá desde el primer momento.

Quien visite el Ripollès seguro que también quiere llevarse pequeños fragmentos de esta tierra a casa en forma de exquisitas carnes y embutidos, de los quesos más afinados a las mieles más aromáticas, pasando por las galletas que se elaboran desde hace más de cien años. Encontramos buenos escaparates con el sello «Producto del Ripollès» en Cal Xec o en El Rebost de Ribes. La primera, al lado del fotogénico puente románico de Camprodon; la segunda, en la entrada de Ribes de Freser.

Este paseo por los negocios comprometidos con los campesinos y ganaderos que viven y trabajan la tierra se podría completar con muchísimos otros establecimientos. Citaremos un par de ellos para que todas las comarcas gerundenses queden representadas. Señalamos la Agrobotiga El Magatzem de Hostalric, en la comarca de la Selva, todo un templo de la proximidad en el que podrás descubrir las deliciosas nueces de Sant Hilari o los garbanzos de Tordera. Y añadimos también la Agrobotiga Can Costabella, en Mata, en el Pla de l’Estany, donde no faltan la fruta y la verdura ecológica ni los famosos ajos, el cultivo que a finales del siglo XIX se generalizó en toda la comarca.