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6 CALAS DE PIEDRA QUE NO TE PUEDES PERDER

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6 CALAS DE PIEDRA QUE NO TE PUEDES PERDER

En parajes recónditos y rodeadas de naturaleza salvaje, las pequeñas calas de piedra regalan un baño de mar y de sol muy especial.

La Costa Brava está llena de preciosas playas de arena donde entregarse al mar, pero también guarda pequeñas calas de piedra en rincones escondidos, lugares de gran belleza y donde no siempre se llega rápido y con facilidad. La búsqueda, el camino y el hallazgo forman parte de una experiencia única. A lo largo del litoral gerundense existen una infinidad, cada una con sus peculiaridades y atractivos. Te presentamos 6 localizadas entre Portbou y Tamariu.

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Empezando por el norte, nos hemos fijado en la cala de las Fresses, un rincón verdaderamente especial, virgen, abrupto y pequeño, pues solo mide 20 metros. Está situada prácticamente en la frontera con Francia, cerca de la isleta Illa del Corb Marí y del pico Puig de Cervera, a unos 4 kilómetros de Portbou y junto a la llamada Caseta dels Alemans.

Un poco más abajo nos encontramos con la cala Bramant, también llamada cala dels enamorats, ya que es una calita de piedras casi cerrada por los acantilados que la rodean, con vistas al cabo de Creus. Está situada en el norte de Llançà, y hay que aparcar en Grifeu o Cap Ras y, desde allí, pasar caminando por las pequeñas playas de Cros y Canyelles hasta llegar a cala Bramant, con unas vistas increíbles desde arriba. Para bajar es necesario un calzado adecuado y también es interesante llevar equipo de buceo para descubrir su maravillosa vida submarina. Romántica y paradisíaca, solo está a 12 minutos a pie de la estación de Llançà.

cala bramant c rafael lopez monne

Una de las muchas calas de Cadaqués es cala Jugadora, que destaca por su singular formación geológica. Situada cerca del faro del cabo de Creus, consta de dos playas, una de piedras y otra arenosa, de aguas transparentes y tranquilas, así como unos restos de construcciones de piedra donde se reunían los pescadores. Está a cubierto de los vientos, se accede desde el puente que une el mar d’Amunt con el mar d’Avall, por un camino indicado hacia las calas, ya que desde allí se llega también a la increíble cala Bona.

cadaques cala jugadora c jaume campderros

Cala Culip es una de las más bellas y salvajes del cabo de Creus, se accede desde el aparcamiento del Pla de Tudela y por el camino se descubren rocas geológicas sorprendentes con formas de animales. Fue un lugar de inspiración para Dalí, y es de gran interés para niños y mayores. Es recomendable llevar gafas o máscara de buceo, ya que el fondo marino es sorprendente. Y, sobre todo, en temporada alta, es importante ir muy pronto.

pla de tudela cap de creus c josep miquel guasch

A 11 kilómetros de Roses, bajo el cabo Norfeu y bajando unos 10 minutos por un camino entre la flora protegida del parque natural, se va hacia la playa de Canadell. Es una amplia cala accesible también por el maravilloso camino de ronda que une el cabo de Creus y Roses. Abrigada por pequeñas colinas, a lo largo del día sus dos extremos quedan a la sombra, por lo que es ideal para disfrutar de una jornada de calma, pícnic y baño con un interesante mundo submarino.

La pequeña y encantadora cala de Aigua Dolça es la última propuesta de este artículo. Se encuentra cerca de la playa Gran de Tamariu y allí reinan los guijarros dorados y los pinos. Es una zona natural que destaca por la fuente que le da nombre y cuenta, también, con un pequeño embarcadero para los aventureros que vienen de mar adentro.

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