A la playa de la Rubina también se la conoce a nivel local como la playa salvaje. Y no resulta extraño. La playa ha quedado preservada de la explotación urbanística sin edificios cercanos, a diferencia de lo que sucede en las playas colindantes de Santa Margarida y Empuriabrava. Situada entre las bocanas de entrada a los puertos de ambas urbanizaciones, esta playa de arena fina está rodeada de dunas, dunas posteriores y sistemas lagunares propios de zonas de marismas. Es la única de Castelló d’Empúries en la que se permite el acceso a perros y la práctica de kitesurf, pero solo en el extremo más cercano a Santa Margarida. Para llegar hasta la playa en coche hay que girar en la rotonda de la carretera de Roses situada justo después del aeródromo de Empuriabrava. Hay un aparcamiento a pie de playa. Una vez allí, es importante acceder a la playa por los puntos marcados, vigilando no dañar las dunas en regeneración. No hay que olvidar que la zona forma parte del parque natural dels Aiguamolls de l’Empordà.

Platja de la Rubina
Castelló d'Empúries, Alt Empordà