Este festival tiene como ingredientes principales la música popular y el vino.
La propuesta del festival incluye desde conciertos multitudinarios en la Ciutadella de Roses o ante la portalada de la basílica de Castelló d’Empúries, hasta actuaciones más íntimas en varias bodegas del territorio. La enología adquiere un papel protagonista, y se elige expresamente un vino adecuado para cada actuación.