Una semana para vivir la Costa Brava y el Pirineo de Girona

En las comarcas de Girona lo vivirás todo. Quizás siete días se te pasarán volando, pero una semana es tiempo suficiente para recorrer algunos de los escenarios más singulares, visitar los pueblos más pintorescos y disfrutar de todo lo que te gusta. Este es un destino con muchos encantos, algunos de ellos, absolutamente imprescindibles. Elige los que mejor conecten contigo y haz de tu semana en la Costa Brava y el  Pirineo de Girona  tu viaje ideal.

Al sur de la Costa Brava te espera una experiencia que te sorprenderá: visitar un jardín botánico. Una combinación de arte, paisaje, naturaleza, jardinería y arquitectura junto al mar. Paseos rodeados de belleza vegetal, miradores espectaculares al Mediterráneo y muchas curiosidades por descubrir. En Blanes: jardines botánicos de Marimurtra y Pinya de Rosa. En Lloret de Mar, los jardines de Santa Clotilde. Y más al norte, entre Calella de Palafrugell y Mont-ras, los jardines de Cap Roig.

Cultura, historia, mar, playa, naturaleza… En Tossa de Mar confluyen algunos de los ingredientes más preciados de la Costa Brava. Aquí tienes una de las postales más bonitas del litoral gerundense, con un recinto medieval amurallado que disfruta de un enclave privilegiado junto al mar. En Tossa de Mar caminarás por las callejuelas del casco antiguo y harás un viaje a la Edad Media. De paso, averiguarás qué hace aquí una estatua de Ava Gardner.

Pequeñas calas vírgenes donde perder la noción del tiempo. Playas de arena dorada y aguas cristalinas. El verdor de los pinos y el azul del mar. Acantilados escarpados que se bañan en el Mediterráneo. Imposible no enamorarse de los paisajes de Begur y Palafrugell. La guinda del pastel es la panorámica desde el faro de Sant Sebastià, en Llafranc, una de las imágenes imprescindibles de la Costa Brava.

En la Costa Brava es fácil hacer un viaje en el tiempo. Las villas medievales de Pals y Peratallada te adentran en escenarios de más de mil años de historia que han conservado buena parte de su fisonomía y arquitectura originales. Murallas, torres defensivas, plazas porticadas, calles empedradas y muchos edificios y monumentos de gran interés histórico-artístico. Si dudas entre visitar una u otra población, no sufras; quédate con ambas, están a muy pocos minutos de distancia.

La comarca del Baix Empordà tiene motivos de sobra para atraparte unos días y seducirte con algunas de sus propuestas culturales. Además de explorar Pals y Peratallada, aquí tienes algunas propuestas más:

Visitar la capital de la cerámica, La Bisbal d’Empordà, famosa por la gran tradición artesana y la reconocida calidad de sus cerámicas.

Adentrarte en la ciudad íbera de Ullastret, uno de los conjuntos urbanos íberos más importantes de la península, y visitar el museo que te transportará más de 2500 años atrás.

Revivir la llegada de griegos y romanos a la Península en las ruinas de Empúries, un yacimiento arqueológico a orillas del mar donde se hallan los restos de la ciudad griega de Emporion y de la ciudad romana de Emporiae.

Allí donde los Pirineos se funden con el Mediterráneo encontramos un conjunto de ecosistemas único, con paisajes naturales protegidos que incluyen diferentes reservas marinas. La orografía del Cap de Creus es salvaje y su aspecto es a veces inhóspito, con acantilados y formaciones rocosas esculpidas por las olas y el viento durante millones de años. Pero invita a vivir una experiencia turística mágica, ya sea disfrutando de un baño en alguna de sus calas y playas, visitando pueblos pesqueros como Cadaqués, Llançà o Port de la Selva o practicando submarinismo, senderismo, ciclismo y otras actividades.

Sobre un mapa del Empordà, traza una línea que una los municipios de Figueres, Púbol y Portlligat (Cadaqués). Este es el Triángulo Daliniano, un itinerario con tres espacios que te adentran en la apasionante vida y obra de Salvador Dalí, un artista totalmente vinculado a esta tierra.

El Teatro-Museo Dalí de Figueres es el objeto surrealista más destacado del mundo, concebido y diseñado por el propio Dalí, y un museo imprescindible para conocer a fondo todas sus vertientes artísticas.

El Castillo Gala Dalí de Púbol es un castillo medieval que el artista regaló a su mujer y que convirtió en un escenario lleno de belleza e intervenciones artísticas sorprendentes.

La Casa Salvador Dalí de Portlligat, en pleno Parque Natural de Cap de Creus, es la residencia que Dalí y Gala crearon a partir de antiguas cabañas de pescadores.

Si tienes pensado visitar la Costa Brava en invierno, haz un hueco para esquiar. Cuando la nieve aparece, el esquí es uno de los principales reclamos en las comarcas de la Cerdanya y el Ripollès, con cinco estaciones donde practicar esquí alpino y esquí nórdico. Dos de las más tradicionales y populares son La Molina y Masella, unidas en Alp 2500, un dominio de 145 km esquiables. Y atención a esto: ¿qué dirías a esquiar de noche bajo las estrellas? Hazlo en Masella, no te arrepentirás.

Pero no todo es esquiar en La Molina-Masella. La estación ofrece actividades para disfrutarla durante todo el año. Los circuitos de descenso para ciclistas de montaña de todos los niveles son un ejemplo. Pero también lo es subir al telecabina Cadí-Moixeró, para visitar el refugio Niu de l’Àliga, a 2.537 metros, y disfrutar de las magníficas vistas de la Cerdanya, el Berguedà y el Ripollès. O hacer el circuito de la naturaleza y el de las minas, recorridos circulares para hacer a pie y en los que descubrir la fauna del territorio, o el antiguo pasado minero de La Molina.

Vall de Núria es sinónimo de excursiones, paisajes y montañas. Un lugar idílico a 2.000 metros de altitud al que no llega el asfalto y al que solo se puede acceder a pie tras un duro ascenso de casi 4 horas, o con el tren cremallera, muy recomendable. Llegarás a un sitio de postal, con un gran santuario y un lago rodeados de montañas de casi 3000 metros, donde se vive un ambiente muy familiar y excursionista.

El pueblo de Camprodon da nombre a este bonito valle de pueblos pintorescos y paisajes de alta montaña del Ripollès, salpicado también de tesoros culturales e históricos, como la vía romana del Capsacosta, el Pont Nou y el monasterio de Sant Pere de Camprodon, la iglesia de Sant Martí de Vilallonga de Ter y la de Santa Cecília de Molló, entre muchos otros. El valle de Camprodon es también uno de los epicentros de los deportes de montaña en Cataluña: bicicleta, senderismo, alpinismo y esquí en la estación de Vallter.

Dos pueblos de montaña con mucho encanto. Dos rincones pirenaicos de tranquilidad. Dos paraísos de la Alta Garrotxa donde disfrutar de la naturaleza, de paseos y excursiones. Oix y Beget son todo esto y, además, dos poblaciones que albergan magníficos elementos culturales. En Oix, entre otros, puedes visitar los restos del castillo de los Barutell, un gran edificio fortificado del siglo xv, y el pintoresco puente medieval de la población. Y en Beget, te espera una de las joyas del románico catalán, la iglesia de Sant Cristòfol (siglo x), que alberga la famosa imagen tallada en madera de la Majestad.

Un auténtico tesoro natural con unos 40 conos volcánicos y más de 20 coladas de lava que hoy conforman un paisaje lleno de vegetación con inmensos bosques de encinas, hayas y robles. Ideal para disfrutarlo a pie a través de los diferentes itinerarios señalizados que te llevan a rincones tan emblemáticos como el bosque de la Fageda d’en Jordà, el volcán del Croscat o el cráter del volcán de Santa Margarida.

La emblemática silueta del puente de Besalú es una de las imágenes más reproducidas del patrimonio histórico catalán, y un buen resumen de lo que descubrirás en esta villa condal de la Garrotxa. El núcleo histórico concentra una larga lista de encantos medievales que deben visitarse sin prisas, muchos de ellos en el call (judería), un barrio de calles estrechas y laberínticas donde destaca el mikvé, uno de los pocos recintos de baños rituales judíos que se conocen en el mundo.

El lago natural más grande de Cataluña es todo un fenómeno geológico. Las aguas brotan allí después de viajar durante casi un año desde las montañas de la Alta Garrotxa. El paraje es un espacio lleno de vida, del que cada uno disfruta a su manera. Existe un recorrido de 7 km que lo rodea por completo, lleno de rincones idílicos donde contemplar la fauna y la flora autóctonas y desde el que se puede acceder a algunas zonas de baño. El lago de Banyoles es, además, un reclamo para los amantes del deporte, el mejor lugar donde practicar natación, ciclismo, triatlón, remo o piragüismo.

Una ciudad con una historia riquísima, con vestigios de una gran fortaleza romana, la Força Vella, de más de 2.000 años de antigüedad. Con un camino de ronda que recorre las murallas de la ciudad medieval. Con el call, uno de los barrios judíos mejor conservados del mundo. Con la majestuosa catedral de Girona, construida entre los siglos xi y xviii, donde conviven espacios de estilo románico, gótico y barroco. Y con los baños árabes, el monasterio benedictino de Sant Pere de Galligants y otros muchos testimonios de tiempos pasados.

Sincronizamos agendas. ¿Cuándo dices que quieres pasar unos días en tierras gerundenses? Echa un vistazo al calendario de eventos musicales y artísticos de la Costa Brava y el Pirineo de Girona, porque esta es una tierra de festivales. Música, teatro, danza, circo, cine… Hay de todo, especialmente en primavera y verano, y en escenarios tan mágicos como unos jardines botánicos, un castillo medieval o una playa ampurdanesa.

Podrías hacer un viaje temático por todo el territorio gerundense siguiendo la huella del arte románico. Descubrirías un patrimonio milenario tan abundante como fascinante y te adentrarías en la historia medieval que está escrita en castillos, monasterios, iglesias y ermitas esparcidas por todas partes, a la orilla del mar, tierra adentro y en las montañas pirenaicas. Vestigios tan majestuosos como los monasterios de Sant Pere de Rodes, el de Santa Maria de Ripoll o el de Sant Joan de les Abadesses son algunos de los máximos exponentes del románico que merecen una visita.

De Girona te llevarás muchos recuerdos, y seguro que muchos se sirven en plato. Estás a punto de descubrir uno de los destinos gastronómicos más prestigiosos del mundo, tradicional, creativo y emocionante a partes iguales. Es una tierra rica en productos de calidad, que fusiona cocinas de montaña, de tierras volcánicas, de pescadores y de fusión del Mediterráneo y el Pirineo.