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Los 5 secretos de la Catedral de Girona que desconocías

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Los 5 secretos de la Catedral de Girona que desconocías

La visita a la Catedral de Girona justifica por ella misma una parada en la capital gironina. En este post os detallaremos 5 aspectos relativamente poco conocidos de este monumento, 5 "secretos", si es que todavía quedan aspectos por descubrir de este espléndido monumento.

La visita a la Catedral de Santa María de Girona es absolutamente ineludible, si lo que se desea es conocer mínimamente los puntos de máximo interés cultural, patrimonial y turístico de la capital gironina. Existe un conocimiento bastante exhaustivo de este monumento, que es el resultado de la acumulación de diversos estilos constructivos, ya que los orígenes del templo debemos ir a buscarlos a la etapa prerrománica, aunque sólo existe constancia documental y no constructiva del primer edificio. La primera catedral románica se inauguró en 1038 y en 1604 finalizaron las obras del templo gótico, una nueva etapa, que habían comenzado en 1312 y aprovecharon algunas partes ya construidas. La nave de la catedral de Girona fue cubierta con la bóveda gótica más ancha del país (22,98 m de ancho por 34 de altura y 50 de largo) y la segunda vuelta más grande del mundo de cualquier estilo, después de la de San Pedro del Vaticano. La primera piedra de la fachada de ordenación neoclásica pero de espíritu barroco, tal y como la conocemos actualmente, se colocó en 1606 y no se culminó la obra totalmente hasta bien entrado el siglo XX. Adosado a la Catedral encontramos el Tesoro o museo capitular y también el impresionante claustro románico, con capiteles que contienen una iconografía medieval excepcional. Para hablar con detalle de este monumento, de todo lo que contiene y de su historia, haría falta mucho más espacio que estas cuatro pinceladas poco precisas. En este post os explicaremos sólo 5 cosas, concretas y relativamente poco conocidas de la Catedral gironina.

Sepulcre_Ermessenda_Catedral_Girona

Sepulcro de Ermesenda de Carcasona en la Catedral de Girona. Foto: Catalunya.com (Agència Catalana de Turisme)

Sepulcro de Ermessenda de Carcassona

Ermesenda de Carcasona, cogobernante del condominio formado por Barcelona, Girona y Osona con su esposo Ramon Borrell, conde de Barcelona, es una de las figuras relevantes en la historia de la Catedral y el personaje más poderoso del país durante el siglo XI. Ermesenda fue una de las promotoras de la construcción de la catedral románica y en 1015 donó cien onzas de oro para la construcción de los muros y la cubierta, así como un retablo de oro. También promovió la fundación del Capítulo de la Catedral y la primera mención conocida del monasterio de Sant Daniel hace referencia a la donación que la condesa y su hijo Berenguer hicieron de todas las tierras de las que disponían en el valle de Sant Daniel.

La condesa, que murió en 1058 a los 85 años, en Sant Quirze de Besora, dejó patente documentalmente su voluntad de ser enterrada en la Catedral de Girona. Así pues, los restos de la condesa fueron depositados dentro de un sarcófago que originariamente se situó en la galilea -vestíbulo cubierto- de la catedral románica y, posteriormente, en 1385, fue trasladado al interior del templo por orden del rey Pere el Cerimoniós, junto con el sepulcro de Ramón Berenguer II, Cap d’Estopes, bisnieto de Ermesenda. El de la condesa lo situaron sobre la puerta que da a la escalera que permite subir al triforio, mientras que el de Ramon Berenguer lo situaron sobre la puerta de la sacristía.

El rey ordenó la construcción de dos nuevos sepulcros de estilo gótico, una operación que se limitó a revestir los originales con paneles de alabastro con la enseña real y también encargó al escultor mallorquín Guillem Morell la realización de sendas estatuas yacentes de los difuntos, que fueron ubicadas en la vertiente anterior de la tapa. A finales del siglo XX, en 1982, los sepulcros góticos se abrieron y los sarcófagos románicos originales presentaban como única decoración externa diecisiete franjas verticales con los colores rojo y dorado. Estos rangos podrían ser emblemas preheráldicos anteriores a la evidencia histórica más antigua que existe sobre la señal heráldica de las cuatro barras. Actualmente, el sepulcro de Ermesenda se puede admirar, conjuntamente con la estatua de la condesa realizada por Morell, en una capilla lateral de la Catedral. Como curiosidad, dentro del sepulcro de Ermesenda hay un único hueso de los restos de la condesa.

VitrallRetrobat

Una imagen del vitral de Sant Martí y Sant Francesc (S. XIII), descubierto en el año 2019. Foto: Capítol de la Catedral.

Vitral de Sant Martí y Sant Francesc

Denominado durante un tiempo como el “Vitral de la Descubierta”, ésta es una de las últimas incorporaciones al Tesoro de la catedral y un descubrimiento muy relevante a nivel artístico e histórico. En 2019 apareció, tras un retablo sometido a un proceso de restauración y conservación, el vitral figurativo más antiguo de Cataluña, fechado a principios del s. XIII. Es decir, la pieza, de autores aún desconocidos, había permanecido escondida durante 500 años.

Los paneles superior e inferior del vitral, que mide 3 metros de altura, datan de inicios del siglo XIII, mientras que los paneles centrales, que representan a Sant Martí y Sant Francesc y dan nombre a la pieza, datan del siglo XIV y son de una calidad destacable en el contexto europeo del momento. En la sala donde se expone la vidriera, se puede admirar a gran distancia y a la vez aproximarnos para ver los detalles tan ricos que presenta, algo que no siempre es posible.

La Anunciación a María, la Natividad de Cristo, la Anunciación a los pastores, la Epifanía de los magos de oriente, la flagelación y la crucifixión de Cristo, Sant Martí cortando la capa y la estigmatización de Sant Francesc d’Assís son las escenas representadas en este vitral, que ha llamado enormemente la atención del mundo artístico e historiográfico.

Girona. Sherry Ott

Una imagen de la Virgen de la Pera, en la subida a la que da su nombre. Debajo se encuentra la fuente. Imagen: Sherry Ott. Archivo de imágenes PTCBG

Cisterna de agua de la Plaça dels Apòstols

En el lado sur de la Catedral, al pie del campanario, se encuentra la llamada plaça dels Apòstols, que toma el nombre de la puerta lateral de acceso al templo, una portada construida durante tres períodos diferentes que fue culminada con el estilo neogótico. A cada lado de la puerta de acceso a la Catedral había habido las 12 estatuas que representaban a los apóstoles, pero fueron víctimas de diversas vicisitudes, terminaron destruidas -excepto dos esculturas que actualmente se encuentran en la puerta de acceso al Tesoro – y las ménsulas que las contenían aparecen actualmente vacías.

El espacio donde ahora se encuentra la Plaça dels Apòstols lo ocupaban las viviendas del clero capitular y un cementerio. Todo fue derribado en el primer tercio del siglo XVI, aunque se conservaron algunas tumbas que todavía hoy pueden verse. Allí se construyó la plaza, sobre una cisterna de recogida de agua -detalle que mucha gente desconoce-, que alimentaba la fuente de la Virgen de la Pera, que se encuentra haciendo chaflán en la subida que lleva el nombre de la virgen, uno de los rincones más bellos de nuestra ciudad. En este chaflán hay una imagen de la virgen que data del año 1785 y arriba, en medio de la plaza, un pozo de piedra que ya es característico del lugar.

Es en esta Plaça dels Apòstols, donde se encuentra el reloj de la catedral, en la torre del campanario, delante del que se concentra una muchedumbre de gente el día de fin de año para recibir el año nuevo todos juntos.

VinyaCapitell

Una vista de la "viña" del pecado original, en el claustro de la Catedral de Girona. Imagen: Capítulo de la Catedral.

La viña del pecado original

El claustro románico (S. XII) de la Catedral de Girona, adosado a la parte norte del templo, es muy característico por varios motivos. Su planta trapezoidal irregular es uno de ellos, así como la importancia artística, histórica e iconográfica de sus capiteles y la irregularidad de sus galerías en la longitud y en el contenido de columnas y capiteles. El primer recinto claustral se construyó antes de 1117, el año en que finalizó la construcción de la torre románica llamada de Carlomagno, adosada a la fachada norte del monumento. Contrariamente a lo que era habitual en el románico, la sala capitular está en la galería sur del claustro, el dormitorio en la galería este y la canonja, en la galería oeste.

En el siglo XIV se variaron los espacios de las galerías, en 1532 se construyó la capilla de la Virgen de los Claustros en el sitio de la antigua canonja y en el siglo XVIII se construyó una nueva sala capitular. Los pilares del claustro están decorados con frisos de temática religiosa que siguen un hilo argumental y también temas vegetales, cotidianos y zoomórficos. Estos frisos rodean a los pilares, un total de once, a una misma altura en cada uno de ellos.

El claustro es muy original casi en todo, ya que en uno de los frisos de los pilares se puede encontrar una escena descrita en el Antiguo Testamento, que pasa en el paraíso terrenal. Se trata de la escena de Adán y Eva junto al manzano, el árbol del pecado original. El caso es que en el claustro el manzano se convierte en un viñedo, debido al vínculo de la viña y el vino en la Catedral gironina. Ésta es una curiosidad, pero vale la pena pasar un rato en el claustro para observar y admirar los frisos de los pilares y los relieves de los capiteles.

SignaturaEn

La firma del beatus de Girona, de la monja En (también conocida por Ende o Eude). Foto: Capítulo de la Catedral.

La monja miniaturista

El Beatus de Girona es una de las joyas que podréis encontrar en el Tesoro de la Catedral. Se trata de un manuscrito miniado (ilustrado con miniaturas), que está firmado por la monja En, también conocida como Ende o Eude. Era una religiosa y artista que se hizo cargo de las ciento quince miniaturas que ilustran el códice gironí, datado sobre el año 975 y sabemos de su autoría gracias a que en la última página se deja constancia de la fecha, del promotor y de los autores. Recibió la ayuda, según figura en el Beatus, del miniaturista Emeteri y el copista Senior. El códice, que contiene el comentario en el Apocalipsis de Beato de Liébana, pasó a estar al cuidado de los responsables de la Catedral en 1078.

El manuscrito miniado consta de 284 folios, escrito a mano en letra visigótica. Son diversas las características que hacen del Beatus un códice extraordinario. La primera, su origen, ya que proviene del monasterio de Tábara (Zamora) y llega hasta la Catedral de Girona, teniendo constancia en el siglo XI. La segunda característica remarcable es su antigüedad (975) y finalmente, claro, el hecho de que En fuera una mujer, considerada la artista femenina más antigua documentada. Su obra no pasa desapercibida, puesto que este ejemplar, dentro de los pocos beatus que se han podido conservar, es el que contiene más iluminaciones (ilustraciones) y también cumple el hecho poco habitual que dispone de algunas miniaturas que ocupan ambas páginas.

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