Experiencias enoturísticas al borde del mar en el Empordà

Imaginad degustar un vino extraordinario de la DO Empordà mientras contempláis el ir y venir de las olas y la brisa os mima la piel. En la Costa Brava, esta sensación es una realidad que podéis vivir a diario, combinando la esencia del mar con el arte de la viña. Las brisas marinas aportan una frescura y salinidad única y característica a los vinos locales, creando una armonía perfecta entre el cupaje y el paisaje. Cada cata es una inmersión en la riqueza cultural y natural de la región, donde los vinos reflejan el alma del Mediterráneo y cada trago transporta a un mundo de serenidad y de belleza infinitas. Por eso, si ya habéis encontrado vuestro “viñalover” de interior, os damos unas cuántas ideas para convertiros en auténticos “viñalovers” de costa.

Para almorzar disfrutando de unas vistas maravillosas a la Mar d’Amunt y el Cap de Creus, acercaros a La Pineda, una viña joven situada a escasos 50 metros de Cala Rovellada. Llevaos la cesta de picnic con productos de proximidad y un vino de la bodega Hugas de Batlle. Y acabáis la experiencia con una cata de tres vinos más en la bodega situada en medio del pueblo de Colera.

Siguiendo con las vistas del Mar d’Amunt, que comprende todo el territorio del norte del Cap de Creus, desde Cadaqués hasta Cervera, podréis disfrutar de una Visita Premium a la Viña Coma Fredosa, otra de las fincas de la bodega Hugas de Batlle, situada a 150 metros por encima del nivel del mar. Durante la visita conoceréis todo el proceso de producción, con una cata de vino a pie de viña mientras os explican las técnicas vitícolas y las características de su terreno. Y al volver a la bodega, continuará la cata mientras os muestran el proceso de vinificación y crianza.

Por otro lado, con la Experiencia Garbet, en Peralada, disfrutaréis de una visita privada a la emblemática finca Garbet, próxima al mar, seguida de la visita a la Nueva Bodega donde probaréis cuatro de sus vinos más exclusivos.

Si lo que buscáis es una propuesta muy diferente os animamos a practicar enokayak, navegando desde la playa del puerto de Llançà y observando las viñas verdes cerca del mar de Garbet. Desembarcaréis en una cala de Cap Ras, con vistas al Cap de Creus y disfrutaremos de un enokayak con los vinos de la bodega Hugas de Batlle.

También os proponemos conocer Cala Jóncols, según afirman “la viña más pequeña de Cataluña” (no llega a una hectárea), situada entre Roses y Cadaqués, y que cuenta con un proyecto de envejecimiento del vino bajo el mar. Os recomendamos su menú degustación con vinos de mar para una experiencia enogastronómica completa.

De camino hacia el sur pero continuando en el Alt Empordà, os proponemos un almuerzo con visita y cata a la bodega Martín Faixó, un proyecto basado en la restauración y la viña, arraigado en Cadaqués desde los bisabuelos. El almuerzo, con productos de proximidad, pone el pistoletazo de salida a la experiencia, que continúa con una visita guiada profesional por todo el terreno del Mas Sa Perafita, que cuenta con un alojamiento rural de cuatro habitaciones completamente equipadas y con encanto propio, y la exclusiva bodega Martín Faixó, donde se elaboran de forma artesanal unos vinos que recogen la sabiduría de siglos de tradición familiar.

En Vilajuïga, municipio de agua y vino por excelencia, encontraréis la icónica finca agrícola a ras de mar, Mas Marés, y su bodega. Una tierra llena de historia, rodeada de monumentos megalíticos que datan de hace más de cinco mil años. El proyecto, no solo está orientado a la agricultura sostenible. Detrás hay toda una estrategia de pastos, viñas y olivos, alcornocales y la no intervención humana en zonas naturales para preservar la diversidad.

En los Masos de Pals, encontraréis la bodega Mas Geli, un paraje privilegiado protegido por los macizos de las montañas de Begur y del Montgrí. Practican la agricultura ecológica y la vendimia manual en quince hectáreas de viña, donde podemos encontrar variedades autóctonas del Empordà, como son la garnacha blanca, roja y negra, la cariñena blanca y negra y la malvasía, entre otras. Acostumbrados a maridar, han creado una experiencia conjunta de golf y vino con el club deportivo Serres de Pals. Nada más bonito que vivir una puesta de sol desde el wine bar de la bodega con vistas al Montgrí.

Algo más al sur, en Palamós, os recomendamos visitar la bodega Brugarol, con experiencias capaces de estimular los cinco sentidos. Su proyecto arquitectónico, perfectamente acoplado en la naturaleza, merece por sí solo una visita. Pero además, podéis disfrutar de su experiencia gastronómica, con cata de vinos y aceites propios y un menú de cuatro entrantes, un plato principal a escoger y postre. Todos los platos están elaborados con productos propios, provenientes del huerto y la granja, productos de proximidad, ecológico y frescos. Y para acabar un día redondo no os podéis perder la visita guiada al Mas del Vent, un recorrido idílico por los alrededores de esta masía de estética romana incluido dentro del patrimonio arquitectónico de Cataluña y que, desde 2016 abre las puertas para visitas guiadas en colaboración con el Ayuntamiento de Palamós.

Sin marchar de Palamós, otra manera de conocer su costa y la abundancia de sus viñas es siguiendo los pasos de Dom Perignon, la experiencia de la mano de Naturalwalks, una actividad que incluye un paseo sin dificultad que se puede combinar con picnic o maridaje entre flores. Y si preferís vivir la experiencia dentro del mar, La Gastronòmica os propone navegar y probar con el Popi, una embarcación tradicional con encanto para descansar, tomar el sol, hacer snorkel o paddle surf y acabar con un completo menú degustación con productos de la Lonja del pescado de Palamós y vinos de la DO Empordà.

Y, finalmente, resiguiendo la costa, en pleno espacio protegido de las Gavarres, ocupando la Conca del Tinar de Calonge, os recomendamos visitar Clos d’Agon. Su historia se articula alrededor de la masía principal de la finca, Mas Gil que da nombre a toda la propiedad. Situada a solo tres kilómetros del mar, con una moderna bodega perfectamente integrada en el entorno y con 18 hectáreas de viña y una producción integrada, ofrecen experiencias ecoturísticas y enogastronómicas exclusivas como Main Wines, para disfrutar en petit comité de una degustación de los vinos más representativos de la bodega, servidos en un espacio privilegiado; de un picnic entre viñas con vistas al mar; o de una degustación de mar con vinos y gambas a bordo de un barco del siglo pasado, entre otros.