De hecho, muchos de sus usuarios lo hacen así, como demuestran las numerosas embarcaciones fondeadas en verano ante esta cala. El camino de acceso presenta cierta dificultad y desnivel, aunque ha mejorado con el paso de los años. Se tiene que dejar el coche en la carretera que va de Palafrugell a Tamariu y recorrer unos 800 metros hasta llegar a esta pequeña cala de 33×30 metros, que hace honor a su nombre, ya que la superficie está formada por guijarros de diferentes tamaños. Situada a unos dos kilómetros de Tamariu, otra opción es andar hasta la playa por el camino de ronda. Igual que otras calas de este entorno, destacan las rocas de acantilados, salpicadas por el verdor de los pinos. En la cala hay un pequeño restaurante.