Una playa y una cala, separadas por muy pocos metros, comparten el nombre de ‘Canyet’. Para acceder a ellas, hay que seguir la carretera de Sant Feliu a Tossa, a través de la urbanización Rosamar. La cala dispone de une pequeña superficie de arena situada al final de una especie de pasadizo largo y peculiar que forman las rocas. Un sendero con buenas vistas separa la cala y la playa. Esta última tiene un pequeño amarre en uno de los extremos y una zona de arrecifes en el otro, que merece la pena recorrer a través de la pasarela instalada. Durante la temporada turística hay que pagar para poder aparcar cerca de la playa. Alternativamente, se puede caminar un kilómetro. También hay un restaurante que oferta servicio en el lugar.