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¿Mi lugar preferido de las comarcas de Girona? Hazme una pregunta más sencilla, por favor.
Aunque solo dispongas de 48 horas para vivir el Pirineo de Girona, serán dos días inolvidables bajo el abrazo de las montañas, a pocos kilómetros de la Costa Brava. Descubrirás pueblecitos con encanto, rincones y paisajes naturales mágicos y mil escenarios ideales para tus actividades al aire libre.
¿Tienes pensada una escapada de dos días al Pirineo de Girona? ¡Te contamos! Esta es una tierra muy especial; la de los Pirineos más mediterráneos, la de las grandes montañas que nacen en el mar, con una diversidad de paisajes de ensueño.
Ojalá tuvieras más tiempo para explorar y adentrarte en la riqueza natural, cultural e histórica del Pirineo gerundense. Pero si no es el caso, vamos a grano: aquí tienes una buena selección para hacer tu primera incursión.
Ripoll. JD Andrews. Arxiu Imatges PTCBG.
El Pirineo de Girona son montañas de casi 3.000 metros de altitud y valles de gran belleza como el de la Cerdanya, el valle de Camprodon o el valle de Núria. Son bosques, lagos, ríos y saltos de agua; pura naturaleza y esencia rural. Y son lugares tan únicos como el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, que es una de las visitas obligadas, con un excepcional repertorio de unos 40 conos volcánicos y 20 coladas de lava que se esparcen por un territorio de vegetación variada y exuberante.
La Garrotxa. Rafael López-Monné. Arxiu Imatges PTCBG.
1. Pasear entre volcanes
El Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa cuenta con una gran red de itinerarios señalizados. Uno de ellos, el itinerario número 1 del parque, es una de las excursiones a pie más populares del Pirineo de Girona, un recorrido circular de unas 4,5 horas que te lleva a tres de los principales lugares de interés del parque natural: el volcán del Croscat, el bosque de la Fageda d’en Jordà y el volcán de Santa Margarida.
Es un itinerario extraordinario desde un punto de vista geológico y paisajístico, que deja recuerdos tan bonitos como el paseo por la inmensa Fageda d’en Jordà, un bosque de hayas asentado sobre la lava del volcán del Croscat, o la imagen del cráter del volcán de Santa Margarida, que hoy es un prado idílico rodeado de bosques con una pequeña ermita románica en medio.
2. El encanto medieval de Santa Pau
El municipio de Santa Pau no solo cuenta con las maravillas naturales de la Fageda d’en Jordà y buena parte de los cráteres de la zona volcánica de la Garrotxa, también conserva una villa medieval declarada conjunto histórico-artístico que es una auténtica joya cultural.
El casco histórico de Santa Pau es un testimonio privilegiado de la vida de este lugar más de mil años atrás. El antiguo recinto amurallado destaca por la excelente conservación arquitectónica de lugares como la plaza Major, una plaza porticada donde antiguamente se celebraba el mercado y donde se encuentra la iglesia gótica de Santa Maria, erigida en el siglo XVI.
Si te dejas llevar por las callejuelas estrechas, descubrirás el castillo de aspecto sobrio y compacto que preside el pueblo desde el siglo xiii, y llegarás hasta el portal del Mar, un mirador cuya panorámica abarca la bahía de Roses si la climatología lo permite.
Santa Pau. Rafael López-Monné. Arxiu Imatges PTCBG.
La Costa Brava y el Pirineo de Girona albergan muchos tesoros de arte románico salpicados por todo el territorio: castillos, monasterios, iglesias y ermitas.
La ruta Ripoll-Camprodon-Beget te la puedes tomar como un viaje a la Edad Media para descubrir algunos de los exponentes más emblemáticos del románico catalán. Al mismo tiempo, es una buena excusa para disfrutar de pueblos y paisajes pirenaicos con mucho encanto.
Ripoll. The Crowded Planet. Arxiu Imatges PTCBG
Ripoll es una de las puertas del Pirineo de Girona y una visita obligada para los amantes del arte y la historia. Si hablamos de arte, el monasterio de Santa Maria es un conjunto benedictino único y singular en el que destaca su portalada (siglo XII), que evoca varios pasajes del Antiguo Testamento con un exquisito trabajo escultórico. Esta auténtica biblia en piedra es, sin duda, una de las grandes obras del románico europeo.
Camprodón. Maria Geli - Pilar Planagumà. Arxiu Imatges PTCBG.
2. Camprodon: un valle de sensaciones
La villa de Camprodon da nombre a uno de los valles más atractivos del Pirineo. Ahora nos centramos en los elementos románicos, pero debes saber que aquí tienes un lugar fantástico donde disfrutar de la naturaleza, hacer senderismo y esquí (en la estación de Vallter 2000), degustar embutidos y galletas típicos de la zona y mucho más.
En Camprodon es inevitable fotografiar desde todos los ángulos posibles el icónico Pont Nou, del siglo xii, que salva el río Ter. A pocos minutos a pie te espera la iglesia de Santa Maria, una construcción solemne y austera del siglo XII y el único vestigio del monasterio de Sant Pere, que se remonta al siglo X.
Beget. Laurence Norah. Arxiu Imatges PTCBG.
3. Beget, arte y naturaleza
Beget es un rincón idílico en plena naturaleza, en la Alta Garrotxa, uno de esos pueblos con encanto que conservan la belleza de sus orígenes y que está certificado como Bien Cultural de Interés Nacional. Un título merecidísimo.