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Periodista, comunicadora, caminante curiosa, enamorada de las personas y de mi pequeño país
Un paseo apto para todo el mundo pone en valor las lagunas recuperadas frente a las islas Medes.
En 1986, un paseo y seis manzanas de viviendas hicieron desaparecer del mapa las lagunas costeras de la Pletera, entre la playa de L’Estartit y los campos de cultivo de Les Deveses. Unos años más tarde, sin embargo, el Ayuntamiento de Torroella de Montgrí y L’Estartit apostó por la desurbanización y la recuperación del espacio natural con el apoyo del proyecto Life Pletera (2014-2018). Con la recuperación, todos hemos salido ganando: tanto esta zona húmeda inundable, que ahora tiene plena funcionalidad ecológica, como las personas, que podemos ir a dar uno de los paseos más especiales del Baix Empordà.
Se trata de una ruta circular de unos 5 kilómetros que transcurre sin dificultades ni desniveles dentro de los límites del Parque Natural del Montgrí, les Illes Medes y el Baix Ter. El punto de partida es el Ter Vell, que es donde estaba el antiguo curso del río y donde actualmente se ubica un excelente mirador. Desde aquí es fácil captar el alcance del área donde nos encontramos y, más aún, de apreciar su gran interés ecológico. Observamos numerosas balsas, intuimos humedales, pequeños cursos de agua, fabulosas dunas, las propias playas y la actual desembocadura del río, llamada la Gola del Ter. Y mientras avanzamos por el camino nos damos cuenta de que son cientos las especies de flora y fauna las que han convertido cada uno de estos escenarios en su hábitat y refugio: una pequeña ave llamada chorlitejo patinegro, por ejemplo; o las salicornias, los juncos y los cañaverales, si hablamos de especies vegetales; y los fartets, pequeños peces propios de las lagunas del litoral mediterráneo y que actualmente se encuentran en peligro de extinción.
Todo es un descubrimiento en este itinerario apto para toda la familia, que se puede recorrer a pie, acompañando a personas que se desplazan en silla de ruedas, en bicicleta o incluso a caballo. También lo son las instalaciones, los bancos y el observatorio para aves que se encuentran en diferentes puntos; piezas de mimbre que se integran en el paisaje ofreciendo sombra y reposo al visitante y que son obra de Tramats, artesanos y artistas de la cestería.
La Pletera alberga todavía un regalo más: las islas Medes y el horizonte brillante a cualquier hora del día, también al rayar el alba. Precisamente, la escritora Núria Esponellà recogió en un sentido artículo su caminata meditativa en una mañana de invierno. Sus palabras son una invitación a seguir sus pasos: «Contemplar el amanecer es una experiencia emocional cuyo clímax alcanza su punto máximo de elevación cuando el sol asoma el ojo por el horizonte borrando las sombras. A menudo nos lo perdemos por culpa de los horarios, el sueño o la pereza, pero madrugar así nos predispone a tener un buen día. Cada amanecer que empezamos es un regalo de la existencia».
