TRAMATS: DEVOCIÓN POR LA CESTERÍA  

En Tramats dicen que aman los mimbres, los juncos, el carrizo, las cañas, el bambú, el olivo y la anea, y no es de extrañar, porque son las fibras naturales que cada día pasan por sus manos desde el 2004. Fue ese año cuando Josep Mercader dejó el trabajo de podador profesional de árboles frutales para dedicarse a la cestería artesana. El cambio no fue nada impostado, más bien fruto de la naturalidad, porque es hijo de payeses y siempre recuerda a su padre buscando cestas para presentar las frutas, verduras y hortalizas en los mercados donde las vendían. Un día, Josep hizo un cesto para usarlo en el puesto, otro día, dos más, al día siguiente, media docena, y así, fue haciendo cada vez más. Aquellos capazos acabaron recibiendo todo el protagonismo y encaminaron tanto su futuro como el de su mujer, Marga, que se sumó a la aventura.

El día a día de Tramats es un reto tras otro: restauran sillas de anea y rejilla, hacen cestería tradicional, lámparas, paneles de mimbre y caña, encordados, vallas de cañas, piezas por encargo… Josep explica que los particulares son los principales clientes de la cestería tradicional y que los más interesados en su vertiente más artística son arquitectos, interioristas y empresas, especialmente del sector de la hostelería y la restauración. «Los clientes vienen ya con ideas, pero debemos ayudarles a hacerlas realidad y aportar soluciones a cada petición —explica—, por eso nuestro trabajo tiene un punto de creación e innovación muy importante, siempre estamos pensando». Sea como fuere, de las manos de estos artesanos y artistas salen formas y volúmenes preciosos que despiertan mil y una emociones.

Inspiración no les falta, basta con decir que su taller se encuentra en el Parque Natural del Montgrí, les Illes Medes y el Baix Ter, un escenario natural muy variado y diverso. «En relativamente poco espacio tenemos el mar, los humedales y la montaña árida, y eso nos permite mezclar técnicas y materiales». Este tesoro natural es generoso con ellos y les ofrece algunas de las fibras que necesitan. «Algunas, como los juncos, las encontramos de forma espontánea, otras las cultivamos expresamente, también aprovechamos las ramas de olivo de los campos de casa y hay algunas que las compramos fuera». Todas entran en el taller en la estación del año que les toca para recibir el tratamiento de secado necesario. «Nosotros todavía miramos la luna —dice que como si nada—; para que las cañas sean óptimas, las recogemos con luna menguante porque es cuando la savia fluye menos».

De vez en cuando se reservan tiempo para la divulgación y, si grupos o entidades lo organizan, se suman a las salidas por el parque, donde se han esparcido algunas instalaciones suyas, y dirigen cursos y talleres donde enseñan, por ejemplo, a hacer nasas de pesca tradicionales. Reproducen a la perfección esta peculiar pieza usada por los antiguos pescadores gracias a las muchas horas que se han pasado observando, «es que para hacer bien las nasas debes entender su trabajo, debes ver cómo se mueven», justifica.

A punto de celebrar su vigésimo aniversario, Tramats es una empresa respetada y valorada que recoge los frutos de todos estos años de aprendizaje, creación, dedicación y esfuerzo. «Y de rigor —añade Josep Mercader—, porque hay un rigor, ¿eh?, cuidamos de que todos los acabados de una pieza estén perfectos, por ejemplo». Buscando esta excelencia y convirtiendo lo que antes era un simple apoyo en un elemento digno de admiración es como Tramats ha contribuido a actualizar el oficio de la cestería artesana y a elevarlo al sitio que se merece.