Calidez más allá del plato
La comida no es la única razón que puede hacernos entrar y salir de un restaurante con una sonrisa. Los detalles son de vital importancia, y una chimenea, en pleno invierno, es un elemento clave de confort y calidez. Tanto en esos lugares más tradicionales como en otros de reciente apertura, degustar los platos cerca de una chimenea se convierte en toda una experiencia.
Cerca del mar, el Mesón del Conde es uno de ellos. Situado en el Alt Empordà, este restaurante ofrece comida casera con productos de calidad y recién recolectados. Calçots del campo a la brasa, por ejemplo. En la capital, Figueres, encontramos Can Jeroni y su comedor presidido por una gran chimenea donde se sirven platos tradicionales de cocina catalana. Lo mismo que en Sa Poma, en Espinavessa, pero con un toque de cocina mallorquina.
Si bajamos siguiendo la línea de la costa llegamos a Palamós, donde podemos disfrutar de la tranquilidad y las brasas de la chimenea del Winet Nömada. El escenario perfecto para una tarde de invierno con un pastel artesanal en la mesa. También es frecuente encontrar restaurantes así en el interior del Baix Empordà. El Ibèric, en Ullastret, es un ejemplo. En invierno, la carne hecha a la brasa en la chimenea situada en una de las salas complementará la oferta habitual de cocina de mercado ampurdanesa de cazuela y pescado fresco.
En las comarcas más frías como la Cerdanya abundan los restaurantes con chimenea. El Paller de Queixans, en Queixans, por ejemplo. Cocina de montaña, pero con toques innovadores: mezcla los erizos de mar y el tradicional trinxat en la misma carta. Donde sirven platos de cocina ceretana es en La Borda del Ceretà, en Puigcerdà. Productos de temporada y tapas de autor en torno al fuego.
La cocina catalana de brasa es una de las más presentes en la Garrotxa. Tanto en Can Font, en La Vall d’en Bas, como en el Restaurant Montserrat, en Beuda, encontramos comedores organizados en torno a la chimenea en antiguas masías catalanas, con salas para grupos. La cocina volcánica de La Bota, en Olot, con su parrilla como elemento central, ofrece carne de primera calidad preparada ante a nuestros propios ojos.
Unas tostadas recién hechas en Can Jeroni, en Beget, son un ejemplo de lo que la gastronomía invernal ofrece en la comarca del Ripollès. Habrá que reservar para poder comer junto al fuego, a diferencia de en El Grèvol, en Llanars, donde las pizzas, hamburguesas y bocadillos se sirven alrededor de su chimenea abierta. El magret de pato a la piedra de sal humeante complementará el calor del fuego en El Trill de Planoles, y también tenemos la elaborada cocina tradicional de alta montaña que se sirve en Can Jepet, en Setcases, desde hace más de cincuenta años.
Si queremos experimentar lo que era vivir en una masía tradicional catalana con sus ratos junto al fuego en el suelo, podemos ir a Cal Ganso, en Sant Martí de Llémena. Este restaurante del Gironès ofrece alimentos de proximidad en plena naturaleza. Un ambiente parecido lo encontramos en L’Escon, en Llambilles, con la brasa presidiendo el espacio, o en Cal Bosquetà, en Quart, donde no solo la carne se hace a la brasa, sino también el pescado, que viene directo de la lonja. Cocina casera en un entorno privilegiado de las Gavarres.
Tanto si fuera ha nevado como si no, en Can Merla, en Santa Coloma de Farners, el fuego siempre está encendido. Este restaurante de la Selva es especialista en carne a la brasa, hecha en la gran chimenea de leña que le da su toque característico. Para grupos grandes, Els Cortals, en Sant Hilari Sacalm es una buena opción. Un buen desayuno de cuchillo y tenedor para recuperarnos del frío de las Guilleries.
Por último, haremos una parada en el Pla de l’Estany. En Can Mià, en Palol de Revardit, podremos degustar una cocina típica catalana: caracoles a la llauna, embutidos y diversos tipos de aves criadas en el exterior del restaurante. El pato también es uno de los platos estrella de La Barretina, en Orfes, al igual que su famoso pastel de cebolla. Un restaurante lleno de sorpresas, desde un claustro a una bodega, e incluso una chimenea.