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¿Mi lugar preferido de las comarcas de Girona? Hazme una pregunta más sencilla, por favor.
¿Solo tienes un par de días para descubrir la Costa Brava? Seamos positivos, más vale eso que nada. 48 horas son suficientes para enamorarte de una región que es puro espectáculo natural, donde te esperan paisajes de gran belleza, con playas magníficas, pequeñas calas, pueblos de carácter mediterráneo y muchos tesoros escondidos.
Los doscientos kilómetros de litoral gerundense que separan Blanes de Portbou son una colección de paraísos en los que disfrutar sin prisas de todo lo que te rodea. Pero esto no es exactamente lo que quieres leer ahora: has llegado aquí porque necesitas algunas sugerencias para una escapada de dos días a la Costa Brava. No es tarea fácil, todo lo contrario, porque 48 horas pasan volando y tendrás que dejar de lado algunos lugares imprescindibles. Pero mirémoslo así: esta visita a la Costa Brava será la primera de muchas. ¡Segurísimo! Así pues, ¿empezamos?
Día 1
El Parque Natural de Cap de Creus
El protagonismo de la naturaleza en la Costa Brava es incuestionable. El paisaje sorprende por su diversidad y belleza, con espacios protegidos como los humedales del Empordà, el macizo del Montgrí, las islas Medes y su exuberante fondo marino y la espectacular singularidad del cabo de Creus.
Quedémonos aquí, en el lugar donde los Pirineos se adentran en el Mediterráneo y donde descubrirás buena parte de la esencia de la Costa Brava. El Parque Natural de Cap de Creus es un conjunto de escenarios de aspecto salvaje, casi inhóspito, con terrenos rocosos, acantilados escarpados y mucha vida submarina.
El paraje de Tudela, pura geología
El paraje de Tudela es uno de los rincones más emblemáticos de la Costa Brava. Se trata de una maravilla geológica que parece un museo de esculturas naturales de roca, creadas por la fuerza de las olas y la tramontana durante millones de años. Con un poco de imaginación podrás distinguir un camello, un conejo, un águila y otras siluetas animales o mitológicas. Reconocerás también la roca Cavallera, una formación rocosa que Salvador Dalí inmortalizó en la obra El gran masturbador.
El itinerario 17 del Parque Natural de Cap de Creus te llevará por los rincones más singulares de este paraje. Son pocos kilómetros a pie, bien señalizados y con joyas como pequeñas calas donde el mar juega con las rocas y donde darse un baño es un auténtico privilegio. Podrás hacerlo en la cala de Agulles, en la del Culleró o en la de Culip, muy cerca del faro del cabo de Creus.
Cadaqués, mucho más que un pueblo con encanto
Cerca del paraje de Tudela, tienes una cita con Cadaqués. No es ningún secreto que es uno de los pueblos más bonitos del Mediterráneo. El pueblo más oriental de la península ibérica conserva su encanto marinero y te seducirá desde el primer momento con la blancura de sus casas junto al mar y la característica silueta de la iglesia de Santa Maria, construida entre los siglos XVI y XVII.
Contempla la calma de la bahía de Cadaqués. Pasea por las callejuelas empedradas del casco antiguo. Disfruta de alguna de las playas y calas cercanas. Cadaqués es y será siempre una visita obligada a la Costa Brava y uno de los pueblos de referencia desde donde explorar el cabo de Creus.
La casa de Salvador Dalí en Portlligat
Si te queda un poco de tiempo, a solo 15 minutos a pie de Cadaqués puedes vivir una experiencia cultural única en la Casa Salvador Dalí, en la pequeña población de Portlligat. Descubrirás el lugar que el genio ampurdanés eligió para vivir y pintar buena parte de su obra, y donde convirtió varias barracas de pescadores en su espacio vital, rodeado de naturaleza salvaje y estética surrealista.
La casa-museo de Portlligat es uno de los tres ejes del llamado Triángulo Daliniano, una ruta por el universo del artista que incluye también el Teatro-Museo Dalí de Figueres y el Castillo Gala Dalí de Púbol.
Día 2
Un camino de ronda y una villa medieval
Para el segundo día en la Costa Brava te proponemos dos experiencias auténticamente gerundenses. En primer lugar, un paseo desde Calella de Palafrugell hasta Llafranc por el camino de ronda, que es como se conocen los senderos que bordean la orilla del mar conectando algunas poblaciones costeras y que en otros tiempos recorrían pescadores, contrabandistas y patrullas de vigilancia.
A muy poca distancia te esperan Pals y Peratallada, dos pueblos medievales fascinantes que te adentrarán en escenarios de más de mil años de historia.
El camino de ronda de Calella de Palafrugell a Llafranc
El camino de ronda que une Calella de Palafrugell y Llafranc es un paseo muy agradable de unos 20 minutos que se las ingenia para atravesar los tramos rocosos que separan ambas localidades. Es fácil de recorrer, aunque debes contar con los tramos de escaleras.
Aquí tienes una pequeña muestra de la esencia de la Costa Brava: la fusión del verdor de los pinos y el azul del mar; los miradores de postal; el espíritu marinero de Calella de Palafrugell, con sus pequeñas playas, calles estrechas y casitas blancas, y la vida tranquila de Llafranc, donde te espera una playa de arena dorada.
Pals y Peratallada, un viaje al pasado
Pals y Peratallada son dos poblaciones del Baix Empordà separadas por muy pocos kilómetros. Podrías visitarlas ambas en el mismo día, pero es preferible elegir una de ellas y dedicarle el tiempo que se merece. Ambos pueblos conservan su fisonomía medieval; parecen decorados ideales para cualquier película ambientada en la Edad Media. Recintos amurallados, plazas porticadas, torres defensivas, callejones laberínticos y muchos testimonios históricos que hacen de estas villas medievales dos valiosísimas joyas del patrimonio cultural de la Costa Brava.
La ciudad de Girona, imprescindible
La Costa Brava es una región difícil para los indecisos. Si todavía no conoces la ciudad de Girona, tendrás que pensar bien si quieres dedicarle un día de tu escapada. No te faltarán motivos para hacerlo.
El barri Vell es un impresionante catálogo de reclamos culturales e históricos por descubrir, como el call (uno de los barrios judíos mejor conservados del mundo), la emblemática catedral de Girona, los baños árabes, el itinerario a pie por las murallas y muchas cosas más.