Castillos y fortificaciones de Girona con historia

Son castillos y fortificaciones destacables, algunos con orígenes romanos, con una evidente y maravillosa huella medieval. Han sido rehabilitados y son visitables. Algunos fueron muy relevantes históricamente, como el castillo de Montsoriu o el castillo de Hostalric, que fueron en diferentes épocas, la residencia de los vizcondes de Cabrera, una estirpe importante en la vida política del país durante unos 400 años, del siglo XIV al XVIII. Algunos están inacabados, como el castillo del Montgrí o Santa Caterina, algunos son un modelo de tipos de construcción como el castillo de Sant Ferran o el de Hostalric, de tipo militar y otros se construyeron para protegerse de los piratas, como la Vila Vella de Tossa de Mar. ¡Os los presentamos!

Castillo de Montsoriu

Es como realizar un viaje en el tiempo. La visita al majestuoso castillo de Montsoriu, una joya histórica y arquitectónica situada en una colina a 632 metros de altura, es como adentrarse en historias de dragones y de caballeros, de nobles y de reyes, mientras recorréis sus estancias sublimes, paseáis por los patios empedrados y disfrutáis de vistas panorámicas que os dejarán sin aliento. Sus murallas, originarias del siglo X, se erigen verticales hacia el cielo, imponentes, salvaguardando la parte interior de la fortificación, uno de los monumentos medievales mejor restaurados del país. El gran castillo gótico que se visita en la actualidad corresponde a una reforma hecha en los siglo XIV por Bernat II, vizconde de Cabrera, privado del rey Pere III, cuando se convirtió en la residencia principal de la estirpe durante casi 400 años. Su hijo, Bernat III, vivió la época de mayor esplendor del vizcondado, que llegó a ser uno de los dominios más importantes del Principado. Sitios y batallas, intrigas de palacio, traiciones e incluso terremotos afectaron a la construcción, que inició su declive imparable en el siglo XV, cuando dejó de ser residencia señorial, hasta finales del siglo XX (1995), cuando se iniciaron los trabajos de restauración y apertura al público en el año 2011. Oiréis leyendas sobre brujas, el origen el castillo, tesoros y riquezas, historias románticas, sobre ruidos en el bosque o la Pepa, que enamoró al rey moro.

Castillo de Sant Ferran

Se trata de la mayor fortaleza de Europa de época moderna. El castillo de Sant Ferran de Figueres, fue construido en el siglo XVIII durante la época de los Borbones y es característico por su diseño estelar, que consta de múltiples puntas y baluartes para una defensa óptima. Con un área de cerca de 32 hectáreas, el castillo se encuentra rodeado por una enorme muralla que rodea el espacio interior y ofrece un amplio campo de visión. El recinto amurallado alberga barricadas, almacenes, polvorines y otras instalaciones que dan testimonio de su función militar histórica, además de unas inmensas cisternas situadas bajo el patio de armas en el que caben hasta 9 millones de litros de agua.

Debido a sus dimensiones excepcionales, los tipos de visita a la fortaleza se agrupan en dos bloques, unas se realizan por el recinto interior, mientras que las otras se realizan por el exterior y los espacios subterráneos. Una de las visitas interiores, muy peculiar, es la llamada La Catedral del Agua, que consiste en un recorrido comentado por el foso de la fortaleza a bordo de vehículos todoterreno. Incluye la visita a las galerías subterráneas de contramina y la navegación a bordo de embarcaciones neumáticas por el interior de las cisternas de la fortaleza.

Además de su imponente arquitectura, el castillo de Sant Ferran, que tenía capacidad para 4.000 hombres y que se encuentra en un excelente estado de conservación, goza de una ubicación estratégica con vistas panorámicas a los alrededores, incluida la ciudad de Figueres y los alrededores de los Pirineos. En un día de tramontana, con el cielo transparente y despejado, se puede contemplar desde allí el Montgrí, las Gavarres, el Montseny, Rocacorba, la Alta Garrotxa, el macizo del Canigó, las Salinas, la Albera, la sierra de Rodes y para cerrar los 360 grados, la bahía de Roses.

Vila Vella de Tossa de Mar

Se accede a ella a través de un magnífico portal dovelado, al que siguen ramblas estrechas y empedradas, bellísimas, murallas antiguas y edificios históricos que conforman el conjunto de la Vila Vella de Tossa de Mar, construido entre los siglos XII y XIV por orden del abad del monasterio de Ripoll para defender la villa de ataques piratas y declarado monumento histórico artístico estatal en 1931. Las raíces de Turissa se hunden en la época romana y es el único ejemplo de población medieval fortificada que todavía existe en el litoral catalán, conservando casi la totalidad de su área perimetral original con muros almenados. Las callejuelas estrechas y las casas de piedra con fachadas color pastel crean una atmósfera pintoresca y encantadora. Las torres más conocidas del recinto son la torre de Joanàs, que preside la bahía; la torre de les Hores, situada en la entrada del patio de armas, que debe su nombre a que era el único lugar donde hubo un reloj público y la torre de Es Codolar o del Homenaje, situada junto a lo que fue el Palau del Batlle, que preside la playa de Es Codolar. Más arriba, donde antes estaba el castillo, se encuentra el Faro de Tossa, que fue construido en el siglo XIX sobre los restos de una antigua torre de vigía medieval, ofrece vistas espectaculares de la costa y el pueblo. En lo alto de la villa antigua se encuentran las ruinas de la iglesia de Sant Vicenç, de estilo gótico tardío y construida en el siglo XV, que conserva únicamente cubiertos el ábside y la sacristía.berts l’absis i la sagristia.

Castillo de Hostalric

La caída en desuso del castillo de Monsoriu está estrechamente relacionada con el castillo de Hostalric, puesto que esta fortificación de origen romano y situada sobre un antiguo volcán tomó nueva vida y sufrió una profunda remodelación cuando, entre los siglos XV y XVI se convirtió en la residencia habitual de los vizcondes de Cabrera. Sin embargo, del castillo original no queda nada. En el siglo XVIII, en 1716, el enclave se convirtió en una fortaleza militar y adquirió el aspecto con el que se le puede admirar y visitar actualmente, un edificio cuya construcción resultó ser todo un reto, puesto que el terreno es irregular y esto condiciona su forma. Vale la pena visitar la galería a prueba de bomba, cerca del polvorín principal, de unos trescientos metros de longitud y que es la vía principal de circulación entre la parte baja del recinto y el baluarte Mayor. El castillo, de una relevancia histórica notable durante la Guerra del Francés, está totalmente rehabilitado y ofrece alternativas de visita: la visita guiada por guías de la villa o la visita libre, a vuestro ritmo y con material de apoyo. El baluarte de Santa Bárbara, el portal de carros, el foso, el baluarte de Santa Tecla, la contraguardia, la cisterna, el baluarte Mayor, las almenas, la torre del Reloj, el portal del Socors y el camino de la Vila, los revelines, el cuerpo de guardia, el Cavaller y la plaza de armas y los polvorines de mixtos y los principales son la mayoría de los puntos de interés a la hora de visitar el castillo, un monumento rebosante de historia.

Castillo del Montgrí

En la frontera natural entre el Alt y el Baix Empordà, en la cima más alta del macizo del Montgrí, a 315 metros de altura, se sitúa el castillo de Santa Caterina o castillo del Montgrí, una fortificación inacabada de uso militar que se empezó a construir en 1294 por orden del rey Jaume II, que quería un punto de control debido a la rivalidad que mantenía con los condes de Empúries. Parece un castillo de película, es de planta cuadrada con cuatro torres cilíndricas adosadas a los ángulos, muros muy altos y presenta cuatro fachadas de estructura similar, coronadas con almenas, matacanes y aspilleras. Su estilo constructivo lo marca la tendencia importada de oriente después de las primeras cruzadas en Tierra Santa durante los siglos XII y XIII. El interior inacabado permite, sin embargo, deducir su configuración general, en los ángulos se observan las puertas de acceso a las torres, al nivel de planta baja y piso, en correspondencia a las filas de aspilleras que recorren los muros y en el nivel superior del camino de ronda. Un cuadrado empedrado en el suelo delimita el espacio destinado a patio central, alrededor del cual debían distribuirse las dependencias. Las obras se interrumpieron en 1301 sin terminar su construcción, debido a la consolidación del poder del condado de Barcelona frente al condado de Empúries. El monumento se encuentra consolidado, es visitable y durante el año se realizan multitud de actividades populares. No se organizan visitas guiadas, pero sí existen muchas rutas de senderismo que tienen el final en el castillo.