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Seguro que habéis recorrido algunas de las rutas de caminos de ronda que os hemos ido descubriendo aquí mismo.
Pero ¿sabéis que existe una ruta que sigue la totalidad del antiguo camino de ronda que bordea la Costa Brava? Discurre por el abrupto litoral entre Blanes y Portbou, un camino ancestral que comunicaba los distintos pueblos costeros, y que fue utilizado para el control del contrabando y el estraperlo marítimo.
Y precisamente podéis descubrirlo poniéndose en la piel de los auténticos contrabandistas, que en el siglo pasado se conocían todos los rincones de este itinerario y que tenían escondrijos en lugares emblemáticos de la Costa Brava para hacer su particular intercambio de mercancías. Entre Begur y Palamós, por ejemplo, podréis conocer la cala del Port de Esclanyà, el chalet de sa Perica en Tamariu, la cueva del Tabac, la cala del Cau, la cala dels Frares situada a los pies del acantilado del Cabo de San Sebastià y la playa del Golfet.
La ruta del Camí de Ronda es un recorrido largo para realizar a pie, que transcurre por senderos estrechos, con desniveles, subidas y bajadas continuas, ya veces algo técnicas. En algunas ocasiones también caminaréis por paseos marítimos, playas y por tramos completamente planos. Un auténtico placer para el senderista, y que de la mano de Camí de Ronda podéis hacer en cualquier época del año.
El camino de ronda se puede seguir por vuestra cuenta por el litoral de la Costa Brava, pero desde la organización os proponen dos salidas autoguiadas y de varias etapas, una lineal de 43 km (de Sant Feliu de Guíxols a Begur) y una de circular de 140 km (con salida y llegada en Girona).
Ambas propuestas han sido especialmente diseñadas para que podáis disfrutar al máximo de los encantos de la Costa Brava. Para adecuar vuestro nivel de esfuerzo y la disponibilidad de días, se han planteado algunas alternativas para que vuestra experiencia sea la más perfecta posible. Con la salida recibiréis un pack de bienvenida y siempre contaréis con el servicio de alojamiento y el traslado de vuestro equipaje, para que sólo tengáis que centraros en disfrutar del camino.
Aunque iréis siempre a orillas del mar, tenéis que ir preparados como si hicierais una actividad física en el medio natural: bien calzados, comida y bastante agua, alguna pieza de abrigo y un teléfono móvil para casos de emergencia.
Para controlar y reprimir el fraude y el contrabando en 1829 se creó el Real Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras de España. La misión de sus integrantes era “hacer la ronda” para interceptar a los contrabandistas, que a escondidas para no pagar impuestos entraban tierra adentro tabaco rubio, y otros productos como penicilina, café, azúcar, pimienta, chocolate y otras mercancías menores como estuches de maquillaje, lencería, bisutería y ropa de seda.
Un grupo de carabineros como los que patrullaban por los caminos de ronda de la Costa Brava
Cuando caía la noche, los contrabandistas con pequeñas barcas se acercaban a los grandes barcos que les descargaban la mercancía, que seguidamente escondían en estos rincones de la abrupta Costa Brava
I des d’aquests amagatalls, fent ús dels camins de ronda i procurant evitar els controls dels carrabiners i la G
Y desde estos escondrijos, haciendo uso de los caminos de ronda y procurando evitar los controles de los carabineros y la Guardia Civil, llevaban la mercancía hacia tierra firme, desde donde se distribuía.
Ahora tenéis la oportunidad de revivir aquellos episodios de picaresca disfrutando de un itinerario espectacular por la Costa Brava, y con todos los servicios incluidos para una experiencia en mayúsculas.
Fotos: Camí de Ronda y archivo de imágenes PTCBG