Periodista cultural
Los monumentos megalíticos son la huella más clara y evidente del poblamiento en un paraje determinado y la demostración de que su población se remonta a miles de años atrás.
El municipio de Roses (Alt Empordà) dispone de un buen número de restos megalíticos y en este post os hacemos una relación de los más interesantes. ¿Preparados para pasear entre dólmenes, cistas, cuevas y menhires?
Haremos un verdadero viaje en el tiempo y os sorprenderá la riqueza y la importancia del patrimonio megalítico existente en Roses. Conoceréis cómo era la vida de los primeros pobladores de la zona a partir de los monumentos funerarios como los menhires o los dólmenes -algunos tienen entre 3.000 y 2.700 años de historia-, también de cistas (tumbas en forma de caja) y alguna cueva y balma donde hacían vida. Los dólmenes se componen habitualmente de una piedra plana de dimensiones considerables, soportada por dos o más piedras verticales, mientras que el menhir es una piedra larga dispuesta verticalmente. Os aconsejo realizar una ruta guiada de aproximadamente 2 kilómetros que recorre los menhires y dólmenes más importantes que se encuentran en la colina de la Torre del Sastre, algunos de los cuales forman parte de la siguiente relación.
El dolmen de la Creu d'en Cobertella. Foto: Visit Roses.
Se trata de uno de los dólmenes más importantes de nuestro país debido a sus dimensiones, aunque el peso de la losa de la cubierta hace que su equilibrio sea frágil. Este dolmen está datado entre los años 3500 a 3000 antes de Cristo, en el neolítico final, y se documentó por primera vez a principio del siglo XX (1912). Situado en el paraje de la Casa Cremada, el dolmen sirvió de corral dentro de los terrenos de una masía, hasta que ésta fue abandonada. En 1957, el monumento fue excavado y restaurado y se determinó que la piedra de las losas es gneis, muy abundante en el entorno.
Una vista del menhir de la Casa Cremada I, el más alto de los tres. Foto: Visit Roses.
Los menhires I, II i III de la Casa Cremada, también en el Parque Megalítico de Roses, están fechados entre el 4000 y el 3000 antes de Cristo, es decir, son de origen prehistórico y hay muy poca distancia entre ellos. Son enormes bloques de gneis que se dirigen hacia el cielo y que señalan un entierro. Su altura está entre los 1,70 metros del III, hasta los 2,4 metros de altura del I. Hay algunas diferencias entre ellos. El I tiene los cantos retocados, fue descubierto en 1996 y enderezado en 1997, recuperando su orientación primitiva. El menhir II -como el I- tiene forma de estela, pero no ha sido posible recuperar su orientación original y fue víctima de un acto vandálico. El menhir III es diferente, porque es de granito y no de gneis, que es un tipo de roca metamórfica (sometida a un proceso geológico natural). Su sección es rectangular y no ha sido confirmado su origen prehistórico, así que podría realizar la función de megalito o de hito.
Una vista del dolmen del Cap de l'Home. Foto: Visit Roses.
Se excavó por primera vez en 1919, también a principios del siglo XX, y las características de este dolmen son similares al de la Creu de Cobertella. La fecha de construcción está determinada entre 3500 y 3000 años antes de Cristo. También está hecho con losas de gneis, la cámara es de forma trapezoidal, como la otra, pero corta y disponía de un corredor estrecho, un elemento que no se conservó, también como en el primer caso. Se ha encontrado un cuchillo, un raspador de sílex y piezas de objetos dedicados al atuendo personal realizados con minerales considerados nobles. También es conocido con el nombre del Turó de l’Home.
Una imagen de la necrópolis de Puig Alt de Roses. Foto: Rosespèdia
La necròpolis –cementirio-, fechado entre el 850 y el 650 antes de Cristo y ya se había detectado antiguamente, se excavó por primera vez en 1965 y años más tarde, en otra excavación hecha el año 1979, se descubrió un segundo núcleo de la necrópolis, más pequeño. Se trata de un grupo de túmulos funerarios de la época del Bronce final dividido en dos núcleos, uno grande con 36 tumbas contabilizadas y otro pequeño, con sólo 5 entierros. Las tumbas están señalizadas con un círculo de losas de pizarra que delimitaban un hoyo en el que se depositaba la urna funeraria. La estructura de las tumbas y el hecho de que el ritual funerario fuese la cremación de individuos permite pensar que existía un ceremonial relacionado con la preparación del difunto, la construcción de una pira funeraria, la quema y la recogida de cenizas.
El dolmen del LLit de la Generala. Foto: Visit Roses.
En 2001, este impresionante monumento megalítico fue excavado y restaurado, recuperando buena parte del original. El monumento estaba encajado en una pared de un viñedo que protegía parcialmente el túmulo, el pasillo y las losas caídas, lo que fue crucial para la recuperación de gran parte de la estructura original y la posterior reconstrucción del dolmen. Los monumentos funerarios como éste disponían de una cavidad posiblemente ritual en la entrada del corredor, en la que se depositaban objetos. En la excavación de este dolmen se encontró parte de un ajuar, como tres cuencos de cerámica y un plato, que han permitido fechar el megalito con cierta exactitud en torno al 3500 antes de Cristo.